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DICTADURA
DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
Gene Sharp
Traducción al Español por
Caridad Inda
La Institución Albert Einstein
La Misión del Instituto Albert Einstein
La misión del Instituto Albert Einstein es promover a nivel mundialel estudio y uso estratégico de la acción noviolenta en casos deconflicto. La Institución se compromete a: • Defender libertades e instituciones democráticas• Oponerse a la opresión, las dictaduras y el genocidio, y• Reducir la dependencia en la violencia como herramienta politica Para lograr estos fines se procederá de tres maneras: • Fomentando investigaciones y estudios sobre los métodos de acción noviolenta y su uso en diferentes conflictos en el pasado, • Compartiendo los resultados de estos estudios con el público por medio de publicaciones, conferencias, medios decomunicación masiva, etc.
• Asesorando a grupos en conflicto sobre el potencial estratégico The Albert Einstein Institution427 Newbury StreetBoston, MA 02115-1802, USA DE LA DICTADURA
A LA DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
DICTADURA
DEMOCRACIA
Un Sistema Conceptual para la Liberación
Gene Sharp
Traducción al Español por
Caridad Inda
La Institución Albert Einstein
De la Dictadura a la Democracia se publicó primero en Bangkok en1993 por el Comité para la Restauración de la Democracia enBirmania conjuntamente con Khit Pyaing (El Periódico de la NuevaEra). Desde entonces se ha traducido a más de ocho idiomas y seha publicado en Serbia, Indonesia y Tailandia, entre otros países.
Impreso en los Estados Unidos de América CONTENIDO
PREFACIO
UNO
ENFRENTANDO LA REALIDAD DE LAS DICTADURAS

¿Golpes de estado, elecciones, salvadores DOS
LOS PELIGROS DE LAS NEGOCIACIONES

Ventajas y limitaciones de las negociaciones El poder y la justicia en las negociaciones TRES
¿DE DÓNDE VIENE EL PODER?

La fábula del "Amo de los Monos" Las recursos que necesita el poder político CUATRO
LAS DICTADURAS TIENEN PUNTOS DÉBILES

Identificando el "talón de Aquiles" Atacando las debilidades de las dictaduras CINCO
EJERCIENDO EL PODER

Franqueza, clandestinidad y comportamiento Efectos democratizadores del desafío político SEIS
NECESIDAD DE LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA

Cuatro términos importantes en la planificación SIETE
PLANIFICANDO LA ESTRATEGIA

OCHO
APLICANDO EL DESAFÍO POLÍTICO

Apuntando hacia el poder de los dictadores De la Dictadura a la Democracia vii NUEVE
DESINTEGRANDO LA DICTADURA

DIEZ
TRABAJO PRELIMINAR PARA UNA DEMOCRACIA DURADERA

Cerrándoles el paso a los golpes de estado APÉNDICE
LOS MÉTODOS DE LA ACCIÓN NOVIOLENTA

UNAS PALABRAS ACERCA DE TRADUCCIONES
Y REIMPRESIONES DE ESTA PUBLICACIÓN
PREFACIO
Una de mis mayores inquietudes durante muchos años ha sido cómopodría la gente evitar que una dictadura se estableciera y cómodestruirla. Esto se ha nutrido en parte por la convicción de que losseres humanos no deben ser ni dominados ni destruidos porsemejantes regímenes. Esta creencia se ha fortalecido con lecturassobre la importancia de la libertad humana y la naturaleza de lasdictaduras (desde Aristóteles hasta los analistas del totalitarismo) yla historia de las dictaduras (especialmente en los sistemas nazi ycomunista).
A través de los años, he tenido la oportunidad de conocer per- sonas que vivieron y padecieron bajo el régimen nazi, algunos in-clusive que sobrevivieron los campos de concentración. En Noruega,encontré algunos que habían trabajado en la resistencia al régimenfascista y que habían sobrevivido, y oí hablar de los que habíanperecido. Hablé con judíos que se habían escapado de las garras delos nazis y con personas que habían ayudado a éstos a salvarse.
Sobre el terror en los regímenes comunistas de los diversos países he sabido más por libros que por contactos personales. Elterror en estos sistemas me ha parecido más agudo, ya que estosregímenes se impusieron en nombre de liberación de la opresión yde la explotación.
En décadas más recientes, la realidad acerca de las dictaduras de hoy se me ha hecho más patente por la visita de personas quevienen de países gobernados por dictaduras, tales como Panamá,Polonia, Chile, el Tíbet o Birmania. De los tibetanos que pelearoncontra la agresión del régimen comunista chino, de los rusos que enagosto de 1991 le cerraron el paso al golpe de estado de línea dura, ode los trabajadores tailandeses que con prácticas noviolentasimpidieron el retorno del régimen militar, he ido adquiriendo puntosde vista perturbadores sobre la pérfida naturaleza de las dictaduras.
Mi sentimiento de tribulación y ultraje frente a la bestialidad impuesta, así como mi admiración ante el sereno heroísmo dehombres y mujeres increíblemente valientes, a veces se fortaleciócuando visité lugares donde el peligro aún era muy grande y, a pesarde ello, el valor de la gente se empeñaba en desafiarlo. Esto ocurría en el Panamá de Noriega, en Vilnius, Lituania, bajo la continuarepresión soviética; en Beijing, en la plaza de Tiananmen, tanto du-rante la manifestación festiva por la libertad como cuando lostransportes del primer contingente armado entraron en la noche fa-tal; y en los cuarteles de la oposición democrática, en Manerplaw,en la "Birmania liberada".
En ocasiones visité el lugar de los caídos, tales como la torre de televisión y el cementerio de Vilnius, el parque público en Riga dondela población había sido ametrallada, el centro de Ferrara, al norte deItalia, donde los fascistas pararon en fila a los de la resistencia y losfusilaron, y hasta un sencillo cementerio en Manerplaw repleto decadáveres de los que habían muerto aún demasiado jóvenes. Estriste advertir cómo cada dictadura deja tras de sí una larga secuelade muerte y destrucción.
De estas experiencias y consideraciones me fue creciendo una esperanza muy firme de que sí podía impedirse el establecimientode las dictaduras, que se podía llevar a cabo una lucha victoriosacontra ellas sin provocar una carnicería masiva, que sí se podíandestruir las dictaduras y evitar que surgieran otras nuevas de suspropias cenizas.
He tratado de pensar minuciosamente acerca de los métodos más efectivos para desintegrarlas con éxito y con el menor costoposible en vidas y sufrimientos. Para ello he repasado mis estudiosde muchos años sobre las dictaduras, los movimientos de resistencia,las revoluciones, el pensamiento político, los sistemas de gobiernoy, especialmente, sobre la auténtica lucha noviolenta.
El resultado de todo eso es esta publicación. Estoy seguro que dista mucho de ser perfecta. Pero quizás ofrece alguna orientaciónque apoye tanto el pensamiento como la planificación tendientes aproducir movimientos de liberación que resulten más poderosos yeficaces de lo que serían de haber sido otro el caso.
Tanto por necesidad como por opción libre, este ensayo enfoca el problema genérico de cómo destruir una dictadura y cómo impedirel surgimiento de una nueva. No puedo realizar un análisis detalladoy dar una recomendación precisa en cuanto a un país determinado.
Sin embargo, espero que este análisis genérico sea útil a los pueblosque, desafortunadamente, todavía en demasiados lugares tienen queenfrentarse con las realidades de un régimen dictatorial. Necesitarán examinar la validez de este texto en cuanto a su situación específicay determinar hasta qué punto las principales recomendaciones sonaplicables, o si puede hacerse que lo sean, para su lucha de liberación.
He incurrido en varias deudas de gratitud durante la redacción de este ensayo. Bruce Jenkins, mi ayudante especial, ha hecho unacontribución inestimable al identificar los problemas en cuanto a sucontenido y presentación, y, mediante sus agudas sugerencias, encuanto a una exposición más clara y rigurosa de las ideas más difíciles(en especial en lo tocante a estrategia), a la reorganización estructuraldel texto y al mejoramiento de la edición. Estoy también muyagradecido a Stephen Cody por su asistencia editorial. El Dr. Chris-topher Kruegler y el Sr. Robert Helvey me brindaron su importantecrítica y consejo. Las Dras. Hazel McFerson y Patricia Parkman mesuministraron información sobre las luchas en Africa y AméricaLatina respectivamente. Aunque este trabajo se ha beneficiado porun tan noble y generoso apoyo, únicamente yo soy responsable delanálisis y las conclusiones que contiene.
En ningún lugar de este trabajo asumo que el desafío contra los dictadores será una empresa fácil y poco costosa. Todas las formasde lucha tienen sus complicaciones y costos. El combate contra losdictadores por supuesto causará bajas. Sin embargo, espero que esteanálisis estimulará a los líderes de la resistencia a considerarestrategias que puedan incrementar su poder efectivo y al mismotiempo reducir el nivel relativo de bajas.
Tampoco se interprete este análisis como que cuando se acabe con una dictadura específica todos los demás problemas habrándesaparecido. La caída de un régimen no trae por consecuencia unautopía. Más bien abre el camino a un trabajo ingente y a esfuerzosdenodados a fin de construir unas relaciones políticas, económicasy sociales más justas y erradicar otras formas de injusticia y opresión.
Es mi esperanza que este breve examen de cómo puede desintegrarseuna dictadura sea útil en cualquier lugar donde la gente vivedominada y desea ser libre.
The Albert Einstein Institution427 Newbury StreetBoston, Massachusetts, 02115USA ENFRENTANDO LA REALIDAD DE LAS DICTADURAS
En años recientes, diversas dictaduras—de origen tanto interno comoexterno—han caído o se han tambaleado cuando se les ha enfrentadouna población desafiante y movilizada. Aunque a menudo se las vecomo firmemente afianzadas e inexpugnables, algunas de estasdictaduras demostraron ser incapaces de soportar el desafíoconcertado del pueblo en lo político, lo económico y lo social.
A partir de 1980, las dictaduras han caído ante un desafío predominantemente noviolento del pueblo en Estonia, Latvia yLituania, Polonia, Alemania Oriental, Checoslovaquia y Eslovenia,Madagascar, Mali, Bolivia y las Filipinas. La resistencia noviolentaha hecho avanzar el movimiento por la democratización en Nepal,Zambia, Corea del Sur, Chile, Argentina, Haití, Brasil, Uruguay,Malawi, Tailandia, Bulgaria, Hungría, Zaire, Nigeria y en variaspartes de la antigua Unión Soviética (llegando a jugar un papelsignificativo en la derrota del intento de golpe de estado de líneadura de agosto de 1991).
Mas aún, el desafío político masivo1 se ha hecho presente en China, Birmania y el Tíbet en años recientes. Aún cuando estas luchasno han destruido a las dictaduras ni le han puesto fin a la ocupaciónterritorial impuesta, sí han puesto al descubierto ante la comunidadmundial la naturaleza brutal de esos regímenes represivos, y han 1El término "desafío político masivo", que se usa en este contexto, lo introdujo Ro-bert Helvey. El "desafío político" es una confrontación noviolenta (protesta,nocolaboración e intervención) que se lleva a cabo de manera desafiante y activa,con fines políticos. El término se originó en respuesta a la confusión y distorsióncreadas cuando se daban por iguales la 'lucha noviolenta' con el "pacifismo" o la'noviolencia reIigiosa'. La palabra "desafío" denota una deliberada provocación ala autoridad mediante la desobediencia, y no deja lugar para la sumisión. El término'desafío político' describe el entorno en el cual se emplea la acción (político), asícomo el objetivo (eI poder político). Se usa principalmente para describir la acciónrealizada por la población para retomar de manos de la dictadura el control de lasinstituciones gubernamentales mediante el constante ataque a las fuentes de podery el uso deliberado de la planificación estratégica y de las operaciones paraalcanzarlo. En este sentido, "desafío político", "resistencia noviolenta" y "luchanoviolenta" se usarán aquí como sinónimos intercambiables, aunque los dos últimostérminos, por lo general, se refieren a las luchas que persiguen una gama más ampliade objetivos (sociales, económicos, sicológicos, etc.).
aportado a la población una valiosa experiencia en cuanto a estaforma de lucha.
El derrumbamiento de las dictaduras en los países antes mencionados ciertamente no erradicó todos los problemas de esassociedades—pobreza, criminalidad, ineficiencia burocrática,destrucción del medio ambiente—que han sido frecuentemente laherencia de aquellos regímenes brutales. No obstante, la caída deesas dictaduras ha reducido, aunque poquísimo, mucho delsufrimiento de las víctimas de la opresión, y ha abierto el caminopara la reconstrucción de esas sociedades con una mayor democraciapolítica, más libertades personales y justicia social.
Un problema que continúa
Ha habido, en verdad, una tendencia hacia una mayor demo-cratización y libertad en el mundo durante las últimas décadas.
Según "Freedom House", que compila un expediente anual sobre elestatus de los derechos políticos y las libertades civiles, el númerode países en todo el mundo clasificados "libres" ha crecido de manerasignificativa en los últimos diez años.2 Libres Parcialmente Libres No Libres
Sin embargo, esta tendencia positiva se halla atenuada porque hay un gran número de pueblos que aún viven bajo condiciones detiranía. Hasta enero de 1993, el 31% de la población del mundo, de5.45 billones, vivía en países y territorios calificados como "no libres"3;esto es, en lugares donde los derechos políticos y las libertades civilesestán en extremo restringidos. Los 38 países y 12 territorios incluidosen la categoría de "no libres" están gobernados por una serie dedictaduras militares (como en Birmania y el Sudán), monarquíastradicionales represivas (como Arabia Saudita y Bhután), porregímenes de partido único dominante (como China, Iraq y Corea 2 Freedom House, Freedom in the World: The Annual Survey of Political Rights and CivilLiberties, 1992-1993 (La Libertad en el Mundo: un informe anual sobre los derechospolíticos y las libertades civiles,1992-1993), p. 66 (Las cifras de 1993 son hasta enerodel mismo). Ver páginas 79-80 para una descripción de las categorías "libre","parcialmente libre" y "no libre" de Freedom House.
3 Freedom House, Freedom in the World,(La Libertad en el Mundo), p. 4.
del Norte), bajo una ocupación extranjera (como Tíbet o TimorOriental), o en un estado de transición.
Muchos países se hallan hoy en un estado de cambio rápido en lo económico, político y social. Aunque el número de países "libres"ha aumentado en los últimos diez años, existe un gran riesgo de quemuchas naciones, al enfrentar cambios fundamentales tanrápidamente, se desplazarán en dirección opuesta, y acabaránexperimentando nuevas formas de dictadura. Las camarillasmilitares, los individuos más ambiciosos, los funcionarios electos ylos partidos políticos doctrinales, repetidamente buscarán cómoimponerse. Los golpes de estado seguirán estando a la orden deldía. Los derechos humanos y políticos básicos les serán negados aun gran número de personas.
Desafortunadamente, el pasado aún está con nosotros. El problema de las dictaduras es profundo. En muchos países el puebloha vivido experiencias de décadas y hasta siglos de opresión, oradoméstica ora de origen extranjero. Con frecuencia se les hainculcado insistentemente la sumisión incondicional a las figuras ygobernantes que detentan la autoridad. En casos extremos, lasinstituciones sociales, económicas, políticas y hasta religiosas de lasociedad—aquellas fuera del control estatal—han sidodeliberadamente debilitadas, subordinadas o aún reemplazadas porotras nuevas, y regimentadas. El estado o el partido dominante lasusa para dominar a la sociedad. A menudo la población ha sidoatomizada (convertida en una masa de individuos aislados),incapaces de trabajar juntos para conseguir su libertad, de confiarlos unos en los otros y hasta de hacer algo por su propia iniciativa.
El resultado es predecible: la población se ha vuelto débil, carece de confianza en sí misma y es incapaz de ofrecer resistencia alguna.
Las personas por lo general están demasiado asustadas paracompartir su odio por la dictadura y su hambre de libertad ni aúncon su familia y amigos. Están, con frecuencia, demasiadoaterrorizadas para pensar en serio en la resistencia popular. Decualquier manera, ¿de qué iba a servir? En vez de esto asumen elsufrimiento sin objetivo y un futuro sin esperanza.
Las condiciones bajo las dictaduras contemporáneas pueden ser peores que antes. En el pasado, algunas personas pueden habertratado de resistir. Quizá hubo breves manifestaciones y protestasmasivas. Quizá los ánimos se levantaron temporalmente. En otras ocasiones, individuos y pequeños grupos pueden haber hechovalientes pero impotentes demostraciones, afirmando algúnprincipio o simplemente su desafío. Por muy nobles que hayan sidolos motivos, estos actos de resistencia pasados frecuentemente hansido insuficientes para vencer el miedo de la gente y su habitualobediencia, condición esencial para destruir una dictadura. Esasacciones, lamentablemente, pueden en cambio haber causadosolamente más sufrimiento y muerte, no una victoria, ni aún unaesperanza.
¿A la libertad por la violencia?
¿Qué ha de hacerse en semejantes circunstancias? Las posibilidadesmás evidentes parecen inútiles. Los dictadores generalmente hacencaso omiso de las barreras constitucionales y legales, las decisionesjudiciales y la opinión pública. Reaccionando a las brutalidades, latortura, las desapariciones, las muertes, se entiende que todo estoha hecho pensar al pueblo que sólo por la violencia se puede acabarcon una dictadura. Las airadas víctimas a veces se han organizadopara combatir a los brutales dictadores, con el poco poder militar yviolencia que hayan podido reunir, y a pesar de tenerlo todo en con-tra. Esta gente, por lo general, ha peleado valientemente, pagandoun alto precio en sufrimientos y vidas. Sus logros a veces han sidoconsiderables, pero casi nunca han obtenido la libertad. Lasrebeliones violentas desencadenan violentas represiones que confrecuencia dejan a la población más indefensa que antes.
Sin embargo, cualesquiera que sean los méritos de la opción por la violencia, un punto está claro. Al depositar la confianza en losmedios violentos, se ha escogido precisamente el modo de lucha en el cuallos opresores casi siempre tienen la superioridad. Los dictadores puedenaplicar la violencia irresistiblemente. No importa cuánto más o cuántomenos estos demócratas puedan aguantar, a fin de cuentas unogeneralmente no se puede escapar de las duras realidades militares.
Los dictadores casi siempre disponen de la superioridad militar, encuanto a calidad de armamentos, pertrechos, transportes y tamañode las fuerzas armadas. A pesar de su valentía, los demócratas nopueden emparejárseles (casi) nunca. Cuando se reconoce que larebelión militar no es viable, algunos disidentes se inclinan por laguerra de guerrillas. No obstante, sólo muy raramente, si es que alguna vez, la guerra de guerrillas beneficia a la población oprimidao le abre paso a una democracia. La guerra de guerrillas no esninguna solución evidente, especialmente por la inmensa cantidadde bajas que suelen producirse entre la gente. Esta técnica de luchano ofrece ninguna garantía frente a la posibilidad del fracaso, a pesarde apoyarse en la teoría y el análisis estratégicos, y de que a vecesrecibe respaldo internacional. Las luchas guerrilleras por lo generalduran mucho. Con frecuencia el gobierno en el poder reubica a lapoblación, con la secuela de inmensos sufrimientos humanos ytrastorno social que esto conlleva.
Aún cuando resulte victoriosa, la lucha de guerrillas tiene, a largo plazo, considerables consecuencias negativas en lo estructural.
De entrada, el régimen atacado se hace más dictatorial comoresultado de sus contramedidas. Si en definitiva gana la guerrilla,el nuevo régimen que de ella provenga es con frecuencia más dicta-torial que el anterior, debido al impacto centralizador de las fuerzasmilitares al expandirse, y por el debilitamiento o la destrucción du-rante la lucha de los grupos e instituciones independientes de lasociedad--cuerpos éstos que son vitales para establecer y mantenerdespués una sociedad democrática. Los que se opongan a lasdictaduras deben buscar otra opción.
¿Golpes de estado, elecciones, salvadores extranjeros?
Un golpe militar contra una dictadura puede parecer, relativamentehablando, una de las maneras más rápidas y fáciles de quitarse deencima un régimen particularmente repugnante. Sin embargo,existen serios problemas con respecto a esta técnica. Lo másimportante es que deja intacta la distribución negativa del poderentre la población y la élite de control del gobierno y sus fuerzasarmadas. Lo más probable es que la supresión de personas ocamarillas de las posiciones del gobierno, dé pie para que otro gruposemejante ocupe su lugar. Teóricamente este grupo puede ser menosduro en su comportamiento, y más dispuesto a abrirse de maneralimitada a las reformas democráticas. Sin embargo, el caso opuestoes lo más probable.
Después de consolidar su posición, la nueva camarilla puede resultar más despiadada y más ambiciosa que la anterior. Por lotanto, la nueva camarilla—sobre la que quizá se habían fincado las esperanzas—podrá hacer lo que quiera sin preocuparse de lademocracia o los derechos humanos. Esta no es una respuestasatisfactoria al problema de la dictadura.
Bajo una dictadura las elecciones no se pueden usar como instrumento para un cambio político significativo. Algunosregímenes dictatoriales, tales como los del antiguo bloque orientaldominado por la Unión Soviética, simularon elecciones sólo con elpropósito de aparentar ser democráticos. Pero estas elecciones eransimples plebiscitos rigurosamente controlados, para obtener laaprobación pública de los candidatos escogidos por los dictadores.
Éstos, de cuando en cuando, debido a la presión a que estánsometidos, podrían tal vez aceptar nuevas elecciones, pero éstasestarían manipuladas para colocar marionetas civiles en los puestosde gobierno. Si a los candidatos de la oposición se les hubierapermitido concurrir a las elecciones, y hubieran sido electos comoocurrió en Birmania en 1990, o en Nigeria en 1993, los resultadoshabrían sido simplemente ignorados y los supuestos "vencedores"habrían estado sujetos a intimidación, arrestados o hasta ejecutados.
Los dictadores no están interesados en unas elecciones que puedanapartarlos de su trono.
Muchas personas que actualmente están padeciendo bajo una dictadura, o que han tenido que exilarse para escapar de sus garras,no creen que los oprimidos puedan liberarse por sí mismos. Ellosno esperan que su pueblo pueda ser liberado sino por la acción deotros. Ponen su confianza en las fuerzas extranjeras. Creen quesólo una ayuda internacional puede ser lo bastante fuerte como paraderribar a los dictadores.
Esa visión de que los oprimidos son incapaces de actuar eficazmente es algunas veces correcta por tiempo limitado. Comohemos apuntado, con frecuencia la población sometida no quiere lalucha, y está temporalmente incapacitada para ella, porque no tieneconfianza en su propia capacidad de enfrentar la dictadura feroz, yno ve una manera razonable de salvarse por su propio esfuerzo. Enconsecuencia, no es extraño que confíe sus esperanzas de liberacióna la acción de otros. Las fuerzas externas pueden ser: la "opiniónpublica", las Naciones Unidas, un país en particular o sancionesinternacionales económicas y políticas.
Una situación así puede parecer consoladora, pero existen graves problemas en cuanto a la confianza depositada en un salvador foráneo. Esa confianza puede estar puesta en un factor totalmenteerrado. Por lo general, no van a llegar salvadores extranjeros. Siinterviene otro estado, probablemente no deba confiarse en él.
Hay unas cuantas ásperas realidades con respecto a esa confianza en la intervención extranjera que habría que destacar aquí.
• Con frecuencia los estados extranjeros tolerarán, o ayudarán in- clusive, a la dictadura a fin de avanzar sus propios intereseseconómicos o políticos.
• Los estados extranjeros podrían estar dispuestos a vender al pueblo oprimido a cambio de otros objetivos, en lugar demantener las promesas que le hicieran de ayudarlo en suliberación.
• Algunos estados extranjeros actuarán contra la dictadura, pero sólo a fin de ganar para sí mismos el control económico, políticoy militar del país.
• Los estados extranjeros podrían involucrarse activamente para fines positivos sólo cuando hubiere un movimiento interno queya haya comenzado a sacudir la dictadura y logrado que laatención internacional se enfoque sobre la índole brutal delgobierno.
Por lo general, la causa principal que explica la existencia de las dictaduras es la distribución interna del poder que existe en elpaís. La población y la sociedad son demasiado débiles para causarleun problema a la dictadura; la riqueza y el poder están concentradosen muy pocas manos. Aunque las acciones internacionales puedenbeneficiar, o de alguna manera debilitar a las dictaduras, lacontinuación de éstas depende primordialmente de factores internos.
Sin embargo, las presiones internacionales pueden ser muy útiles cuando apoyan un poderoso movimiento de resistenciainterna. Entonces, por ejemplo, el boicot económico internacional,los embargos, la ruptura de relaciones diplomáticas, la expulsióndel gobierno de organizaciones internacionales, la condena delmismo por alguno de los cuerpos de las Naciones Unidas y otrospasos semejantes, pueden contribuir grandemente. A pesar detodo,si no existe un fuerte movimiento de resistencia interna, talesacciones por parte de otros es poco probable que se den.
Encarando la dura verdad
La conclusión es dura. Cuando se quiere echar abajo una dictaduracon la mayor efectividad y al menor costo, hay que emprender estascuatro tareas: • Se debe fortalecer a la población oprimida en su determinación de luchar, en la confianza en sí misma y en sus aptitudes pararesistir; • Se debe fortalecer a los grupos sociales e instituciones • Se debe crear una poderosa fuerza de resistencia interna; y • Se debe desarrollar un amplio y concienzudo plan estratégico global para la liberación, y ejecutarlo con destreza.
Una lucha de liberación es un tiempo en que el grupo que luchaadquiere confianza en sí mismo y se fortalece internamente. CharlesStewart Parnell, durante la campaña de huelga de los rentatarios enIrlanda, 1879—1880, dijo: No vale la pena confiar en el gobierno. Debéis confiar sólo envuestra propia determinación. Ayudaos a vosotros mismos apoyándooslos unos a los otros… Fortaleced a los más débiles de entre vosotros.
Agrupaos y organizaos. y ganaréis.
Cuando hayais madurado las condiciones para que este asunto seresuelva, entonces—y nunca antes de ese momento—se resolverá.4 Confrontada con una fuerza firme y confiada en sí misma, con una estrategia concienzuda y de genuina solidez, la dictaduraeventualmente se desmoronará. Estos cuatro requisitos tendrán queser de algún modo satisfechos siquiera en un mínimo nivel.
Como lo indican estos argumentos, el liberarse de las dictaduras, en última instancia, depende de la capacidad que la gente tenga deliberarse a sí misma. Los casos antes mencionados en que el desafíopolítico—o la lucha noviolenta con fines políticos—ha tenido éxito,sugieren que sí existen los medios para que la población se libere a símisma, pero esta opción no se ha ejercido plenamente. Examinaremosen detalle esta alternativa en los próximos capítulos. Pero antes debemoscontemplar el tema de las negociaciones como medio para desmantelarlas dictaduras.
4 Patrick Sarsfield O'Hegarty, A History of Ireland Under the Union, 1880-1922 (UnaHistoria de Irlanda Bajo la Unión, 1880-1922) London: Methuen, 1952), pp. 490-491.
LOS PELIGROS DE LAS NEGOCIACIONES
Algunas personas, cuando tienen que enfrentarse a los severosproblemas de combatir una dictadura, se echan para atrás, y caenen una sumisión pasiva (como lo vimos en el Capítulo Uno). Otras,como no ven posibilidad alguna de alcanzar la democracia, puedenllegar a la conclusión de que deben buscar un arreglo con ladictadura, con la esperanza de que mediante la "conciliación", el"compromiso" y las "negociaciones", podrán atraer a algunoselementos positivos y acabar con las brutalidades. Superficialmente,por carencia de opciones más realistas, esta manera de pensar esatrayente.
Una pelea seria contra las dictaduras brutales no es una perspectiva agradable. ¿Por qué hay que recorrer ese camino? ¿Nopueden todos ser razonables y encontrar maneras de hablar, denegociar la forma de terminar gradualmente con la dictadura? ¿Nopueden los demócratas apelar al sentido común y de humanidad delos dictadores, y convencerlos de que deben reducir su dominio pocoa poco, y quizás finalmente ceder por completo para que se establezcauna democracia? A veces se argumenta que la verdad no está toda de un lado.
Quién sabe si los demócratas no han comprendido a los dictadores,que acaso obraron con buenas intenciones y en circunstanciasdifíciles. Quizá algunos piensen que los dictadores gustosamentese separarían de la difícil situación que vive el país, si se les estimularao se les tentara a ello. Podría argumentarse que a los dictadores seles debería ofrecer una solución por medio de la cual todo el mundosaliera ganando. Los riesgos y dolores de proseguir la lucha podríanser innecesarios—se puede argumentar—si la oposición democráticasólo desea terminar el conflicto pacíficamente por medio denegociaciones (que podrían quizás contar con la ayuda de algunosespecialistas o hasta de otro gobierno). ¿No sería eso preferible auna lucha difícil, aún cuando fuera una campaña dirigida por lalógica de la acción noviolenta y no la de una guerra militar? Ventajas y limitaciones de las negociaciones
Las negociaciones son un instrumento muy útil para resolver algunosconflictos, y no deben desdeñarse o rechazarse cuando son apropiadas.
En algunas situaciones, cuando ningún asunto fundamental está en juego y, por consiguiente, es aceptable el compromiso, lasnegociaciones pueden ser un medio importante para zanjar unconflicto. Una huelga laboral en demanda de mayores salarios es unbuen ejemplo del papel apropiado de las negociaciones en un conflicto:un acuerdo negociado puede conseguir un aumento promediado en-tre las cantidades originalmente propuestas por cada una de las partescontendientes. Los conflictos laborales, con sindicatos legalmenteestablecidos, son, sin embargo, algo muy diferente de los problemasen los cuales están en juego la existencia permanente de una dictaduracruel o el establecimiento de la libertad política.
Cuando los asuntos por resolver son fundamentales porque afectan principios religiosos, problemas de la libertad humana o todoel desarrollo futuro de la sociedad, las negociaciones no llevan a unasolución satisfactoria para ambas partes. En algunos asuntos básicosno se debe transigir. Sólo un cambio en la correlación de fuerzas afavor de los demócratas puede salvaguardar adecuadamente losasuntos básicos que están a discusión. Ese cambio ocurre a través deuna lucha, no mediante negociaciones. Esto no quiere decir que lasnegociaciones no deban usarse nunca. El hecho es que talesnegociaciones no son un modo realista de librarse de una férreadictadura cuando no existe una poderosa oposición democrática.
Por supuesto que hay circunstancias en que las negociaciones pueden no ser una opción. Los dictadores firmemente establecidos,que se sienten muy seguros de su posición, pueden negarse a negociarcon sus opositores democráticos. 0 bien, cuando ya se hayan iniciadolas negociaciones, los negociadores democráticos pueden desaparecery no regresar.
¿Rendición negociada?
Los individuos o grupos que se oponen a una dictadura y se inclinana las negociaciones, a menudo tienen buenos motivos para hacerlo.
En especial, cuando una lucha armada ha continuado durante variosaños contra una dictadura brutal sin una victoria final, es lógico que De la Dictadura a la Democracia 11 todas las personas, sin importar su filiación política, deseen la paz.
Es probable que los demócratas estén especialmente dispuestos anegociar cuando los dictadores evidentemente tienen la superioridadmilitar y cuando la destrucción, las víctimas y los perjuicios sufridosentre aquéllos ya no pueden soportarse más. Habrá entonces unafuerte tentación de explorar cualquier otra opción que pueda rescataral menos algunos de los objetivos de los demócratas, a la vez quepone fin a un ciclo de violencia y contraviolencia.
La oferta de "paz" mediante negociaciones que un dictador le haga a la oposición democrática por supuesto no es del todo sincera.
La violencia podría ser inmediatamente terminada por los propiosdictadores si tan sólo éstos dejaran de hacer la guerra contra su propiopueblo. Bien podrían, por su propia iniciativa y sin ningunanegociación, restaurar el respeto a la dignidad y los derechoshumanos, liberar a los presos políticos, acabar con la tortura y sus-pender las operaciones militares, retirarse del gobierno y hastapedirle excusas al pueblo.
Cuando la dictadura es fuerte pero existe una resistencia irritante, puede que los dictadores deseen lograr la rendición de laoposición bajo la cobertura de "hacer la paz". El llamado a negociarpuede parecer atractivo, pero dentro de la sala de negociaciones acasose esconderían graves peligros.
Por otra parte, cuando la oposición es excepcionalmente fuerte y la dictadura se encuentra de veras amenazada, los dictadorespueden buscar la negociación como una manera de salvar lo másposible de su capacidad de control o de sus riquezas. En ningunode estos casos deben los demócratas ayudar a los dictadores a lograrsus metas.
Los demócratas deben desconfiar de las trampas que los dictadores les pueden tender con pleno conocimiento de causa du-rante un proceso de negociación. El llamado a negociar, cuando setrata de cuestiones fundamentales de las libertades políticas, puedeser un esfuerzo por parte de los dictadores para inducir a losdemócratas a rendirse pacíficamente, mientras que la violencia dela dictadura continúa. En semejantes conflictos, las negociacionessolamente podrán jugar un papel apropiado al final de una luchadecisiva, en la cual el poder de los dictadores haya sido destruido yestén éstos buscando pasaje seguro para llegar a un aeropuertointernacional.
El poder y la justicia en las negociaciones
Si esta opinión parece un comentario demasiado áspero sobre lasnegociaciones, quizá deba moderarse un poco el romanticismo quese asocia con las mismas. Es necesario saber cuál es la dinámica delas negociaciones.
Una "negociación" no significa que las dos partes se sientan juntas, como iguales, y conversan hasta resolver el problema queprodujo el conflicto entre ellas. Es necesario recordar dos verdades.
Primera, que en las negociaciones no es la relativa justicia de lospuntos de vista en conflicto y sus objetivos lo que determina elcontenido del acuerdo negociado. Segunda, que el contenido deéste lo determinará mayormente la capacidad de poder de cada parte.
Se deben considerar varias preguntas difíciles. ¿Qué puede hacer cada una de las partes después para conseguir sus objetivos sila otra decide no llegar a un acuerdo en la mesa de negociaciones?¿Qué puede hacer cada una de las partes, luego de alcanzado elacuerdo, si la otra rompe su palabra y usa la fuerza de la que dis-pone para conquistar sus objetivos a pesar del acuerdo? En las negociaciones no se llega a un acuerdo mediante una evaluación de lo bueno y lo malo de las cuestiones sobre el tapete.
Aunque sobre esto pueda discutirse mucho, los verdaderosresultados de las negociaciones se derivan de una evaluación realistade las situaciones de poder absoluto y relativo de los gruposcontendientes. ¿Qué pueden hacer los demócratas para asegurarsede que un mínimo de sus reclamaciones no serán denegadas? ¿Quépueden hacer los dictadores para mantenerse en control del poder yneutralizar a los demócratas? En otras palabras, si se llega a unacuerdo, lo más probable es que sea el resultado del estimado quecada parte haga de la capacidad de poder de ambas y, enconsecuencia, calcule cómo podría terminar una lucha abierta entrelas dos.
Debe prestarse atención a lo que cada parte esté dispuesta a ceder para llegar a un acuerdo. En negociaciones exitosas hayconcesiones recíprocas. Cada parte consigue parte de lo que quierey cede parte de sus objetivos.
En los casos de dictadura extrema, ¿qué es lo que las fuerzas pro-democráticas van a ceder a los dictadores? ¿Qué objetivos delos dictadores tendrán que aceptar las fuerzas democráticas?¿Tendrán los demócratas que conceder a los dictadores, (sean éstos De la Dictadura a la Democracia 13 un partido político o una camarilla militar), un papel permanente,constitucionalmente establecido, en el futuro gobierno? ¿Dóndequeda la democracia entonces? Aún pensando que todo salga bien en las negociaciones, hace falta preguntarse: ¿qué clase de paz saldrá de ahí? ¿Será entonces lavida mejor o peor que si los demócratas hubieran empezado ocontinuado la lucha? Dictadores "agradables"
Una variedad de motivos y objetivos subyacen la dominación de losdictadores: poder, posición, riqueza, la reestructuración de lasociedad y más. Uno debe recordar que ninguno de éstos serásatisfecho si abandonan sus puestos de control. En caso de negociar,los dictadores tratarán de preservar sus objetivos.
Cualesquiera que sean las promesas que los dictadores ofrezcan en un acuerdo negociado, uno no debe olvidar que ellos son capacesde prometer cualquier cosa con tal de lograr el sometimiento de lasfuerzas opositoras democráticas, y después descaradamente violaresos mismos acuerdos.
Si los demócratas acuerdan parar la resistencia a cambio de un alivio en la represión, van a quedar muy defraudados. Unasuspensión de la resistencia muy raramente conduce a unadisminución de la represión. Cuando cesa la presión de la oposicióninterna o internacional, los dictadores pueden ejercer la opresión yla violencia aún más brutalmente que antes. El desmoronamientode la resistencia popular a menudo suprime la fuerza que sirve decontrapeso y que ha limitado el control y la brutalidad de ladictadura. Entonces los tiranos pueden avanzar contra los quequieran. "Porque el tirano tiene poder de obrar sólo donde se carecede fuerza para resistir", dijo Krishnalal Shridharani.5 En los conflictos donde cuestiones fundamentales están en juego, la resistencia, no las negociaciones, es lo esencial para elcambio. En casi todos los casos, la resistencia debe continuar hastaque los dictadores sean expulsados del poder. El triunfo lo determina 5 Krishnalal Shridharani, War Without Violence: A Study of Gandhi's Method and ItsAccomplishments (Guerra sin Violencia: Un Estudio en los Métodos de Gandhi ysus Logros), (Nueva York: Harcourt, Brace, 1939, y reimpreso en Nueva York yLondres: Garland Publishing, 1972), p. 260.
con más frecuencia, no la negociación de un arreglo, sino el usoacertado de los métodos de resistencia más apropiados y poderososposibles. Estamos convencidos—y lo exploraremos en detalle másadelante—que el desafío político o la lucha noviolenta es el métodomás poderoso que pueden emplear los que luchan por la libertad.
¿Qué clase de paz?
Si los dictadores y los demócratas van a dialogar sobre la paz, esnecesario tener ideas claras por los peligros que ello implica. Notodos los que emplean la palabra "paz" quieren la paz con libertad yjusticia. El sometimiento a una cruel opresión y el consentimientopasivo frente a los dictadores desalmados, que han perpetradoatrocidades en cientos y miles de personas, no constituye unaverdadera paz. A menudo Hitler llamó a la paz, pero lo que queríaera el sometimiento a su voluntad. Por lo general, la paz de losdictadores no es sino la de la prisión o la tumba.
Existen otros peligros. Hay negociadores bien intencionados que a veces confunden los objetivos de las negociaciones con elproceso de éstas. Es más, los negociadores democráticos o losespecialistas extranjeros aceptados para asistir a los negociadores,pueden, de un solo plumazo, dotar a los dictadores de unalegitimidad doméstica e internacional que previamente se les habíanegado a causa de haberse apoderado del estado, las violaciones delos derechos humanos y las brutalidades cometidas. Sin esalegitimidad tan desesperadamente necesitada no pueden losdictadores continuar gobernando indefinidamente. Losrepresentantes de la paz no deben suministrarles esa legitimidad.
Razones para la esperanza
Como dijimos antes, los líderes de la oposición pueden sentirseforzados a negociar si creen que la lucha democrática carece de todaesperanza. Sin embargo, ese sentimiento de impotencia puedecambiarse. Las dictaduras no son permanentes. Los que viven bajouna dictadura no tienen por qué permanecer siempre débiles y a losdictadores no es necesario permitirles que sigan siendo poderososindefinidamente. Hace mucho tiempo Aristóteles apuntó: "Laoligarquía y la tiranía son las constituciones que duran menos.".
De la Dictadura a la Democracia 15 "En ninguna parte han durado mucho tiempo6." Las dictadurasmodernas también son vulnerables. Se puede agravar su debilidady desintegrar su poder. (En el Capítulo Cuatro examinaremos estasdebilidades con más detalle).
La historia reciente muestra la vulnerabilidad de las dictaduras, y revela que pueden desmoronarse en un plazo relativamente corto.
Se necesitaron diez años, de 1980 a 1990, para que se viniera abajo ladictadura comunista en Polonia, Alemania Oriental yChecoslovaquia. En 1989 ocurrió ésto en semanas. En El Salvador yGuatemala, en 1944, la lucha contra los brutales dictadores bienafianzados duró aproximadamente dos semanas en cada lugar. Elpoderoso régimen militar del Shah de Irán fue socavado en pocosmeses. La dictadura de Marcos en Filipinas cayó ante el empuje delpueblo en 1986. El gobierno de los Estados Unidos abandonórápidamente al Presidente Marcos cuando la fuerza de la oposiciónse hizo patente. El intento de golpe de estado de línea dura en laURSS en agosto de 1991 fue bloqueado en unos días por el desafíopopular. De ahí en adelante muchas de las naciones bajo un dominiosemejante, recuperaron su independencia en sólo días, semanas omeses.
Está claro que no es válida la antigua idea de que los métodos violentos obran rápidamente y que los noviolentos requieren muchotiempo. Aunque se requiera mucho tiempo para lograr cambios enla situación subyacente y en la sociedad, la lucha concreta contra lasdictaduras a veces ocurre con relativa rapidez por medio de la acciónnoviolenta.
Las negociaciones no son la única alternativa que hay entre una guerra continua de aniquilación por una parte y la capitulación porla otra. Los ejemplos ya citados, así como los apuntados en elCapítulo Uno, ilustran que existe otra opción para aquellos quequieren tanto la paz como la libertad, y ésa es el desafío político.
6 Aristotle, The Politics, traducción de T.A.Sinclair (Harmondsworth, Middlesex,Inglaterra; y Baltimore, Maryland: “Penguin Books” 1976 [1962]). Libro V, capítulo12, pp. 231 y 232.
¿DE DÓNDE SE DERIVA EL PODER?
Conseguir la libertad con paz, por supuesto que no es tarea fácil. Vaa requerirse para ello una gran destreza estratégica, organización yplanificación. Sobre todo, requiere poder. Los demócratas no puedenesperar derribar la dictadura y establecer la libertad política sin lacapacidad de ejercer su propio poder en forma eficaz.
¿Pero cómo es posible esto? ¿Qué clase de poder podrá la oposición democrática movilizar para destruir la dictadura y su vastared militar y policiaca? La respuesta se encuentra en una com-prensión del poder político generalmente ignorada. Llegar a esteconocimiento intrínseco no es tarea demasiado difícil. Algunasverdades fundamentales son muy sencillas.
La fábula del "Amo de los Monos"
Una parábola china del siglo XIV, atribuida a Liu Ji, por ejemplo,destaca muy bien esta interpretación descuidada acerca del poderpolítico:7 En el estado feudal de Chu, un viejo vivía de tener monosa su servicio. Las gentes lo llamaban "ju gong": el Amo delos Monos.
Todas las mañanas el viejo reunía a todos los monos en supatio y ordenaba al más viejo que condujera a los demás ala montaña a recoger fruta de los árboles y matas. La reglaera que cada mono tenía que darle al viejo la décima parte 7Esta historieta, originalmente titulada "Rule by Tricks" ("Gobernar por Tretas"), esdel Yu-Li-Zi, de Liu Ji (1311-1375). La traducción original se publicó en NonviolentSanctions: News from the Albert Einstein Institution (Sanciones Noviolentas: Noticiasde la Institución Albert Einstein), (Cambridge, Mass.) Vol. IV, No. 3 (Invierno 1992-1993) p. 3.
de lo que recogiera. Los que no lo hacían eran brutalmenteazotados. Todos los monos sufrían amargamente, perono se atrevían a protestar.
Un día, un monito les preguntó a los otros; "¿Fue el viejoquien sembró los árboles y las matas?" Los otros lerespondieron: "No; brotaron solos." El monito les dirigióotra pregunta: "¿No podemos nosotros coger la fruta sinpermiso del viejo?" Los otros replicaron: "Sí, todospodemos hacerlo." El monito siguió: "¿Entonces por quétenemos que depender del viejo? ¿Por qué tenemos queservirlo?" Antes que el monito hubiera terminado su discurso todoslos monos de pronto se sintieron iluminados, ydespertaron.
Esa misma noche, al observar que el viejo se había quedadodormido, los monos rompieron las barreras del valladodonde se hallaban encerrados, y destruyeron el recinto porcompleto. También se apropiaron de cuanta fruta el viejotenía guardada y se la llevaron al bosque, y nunca másvolvieron. Al fin el viejo murió de inanición.
Yu-Li-Zi dice: "Algunos hombres en el mundo gobiernana su pueblo mediante tretas y no por principios rectos.
¿No son éstos iguales al amo de los monos? La gente nose ha dado cuenta de su embrutecimiento. Apenas se lesilumine el conocimiento, las tretas dejarán de funcionar." Los recursos que necesita el poder político
El principio es sencillo. Los dictadores requieren la ayuda de losgobernados, sin la cual no pueden ni disponer de las fuentes de poderni conservarlas. Entre las fuentes del poder político se encuentranlas siguientes: De la Dictadura a la Democracia 19La autoridad - la creencia entre la gente de que el régimen es legítimo y que tiene el deber moral de obedecerlo; • Los recursos humanos - la cantidad e importancia de las per- sonas y grupos que obedecen a los gobernantes, cooperancon ellos o los apoyan; • El conocimiento y las destrezas - los que el régimen necesita para llevar a cabo acciones específicas, y que le son sumi-nistrados por las personas y grupos que cooperan con él; • Los factores intangibles - los factores sicológicos e ideológicos que pueden mover a la gente a obedecer y apoyar a losgobernantes; • Los recursos materiales - hasta qué punto controlan los gobernantes la propiedad o tienen acceso a ella, los recursosnaturales, el sistema económico y los medios decomunicación y transporte; y • Las sanciones - castigos con los que se amenaza, o que se aplican a los desobedientes o a los que no colaboran, paraasegurar su sumisión y cooperación, necesarias ambas paraque exista el régimen y para que ponga en práctica suspolíticas.
Todas estas fuentes, sin embargo, dependen de la aceptación del régimen, del sometimiento y obediencia de la población al mismoy de la cooperación que le brindan innumerables personas y muchasde las instituciones de la sociedad. Estas fuentes no estángarantizadas.
Una plena cooperación, obediencia y apoyo, harán más asequibles los recursos que el poder necesita, y, en consecuencia,fortalecerán la capacidad de obrar de cualquier gobierno.
Por otra parte, el negarles a los agresores y dictadores la cooperación popular e institucional disminuye y puede anular el acceso a las fuentes de poder de las que dependen los gobernantes.
Sin acceso a tales recursos, el poder de los gobernantes se debilita, yfinalmente se disuelve.
Naturalmente, los dictadores son sensibles a las acciones o ideas que amenazan su capacidad de obrar como les dé la gana. Por lotanto, ellos están dispuestos a amenazar y castigar a quienes losdesobedezcan, les hagan huelgas o dejen de cooperar con ellos. Noobstante, aquí no acaba el cuento. Ni la represión ni cuantasbrutalidades se cometan siempre resultan en la recuperación delgrado de sumisión y cooperación que el régimen necesita parafuncionar.
Si, a pesar de la represión, se pueden restringir o recortar du- rante un tiempo suficiente los recursos de los que depende el poder,los resultados pueden ser la incertidumbre y la confusión dentro dela dictadura. Es probable que sobrevenga entonces un notabledebilitamiento de su poder. Con el tiempo, el quitarle los recursosal poder producirá la parálisis y la impotencia del régimen y, encasos muy severos, su desintegración. El poder de los dictadores seira muriendo, lenta o rápidamente, de inanición política.
Por lo tanto, el grado de libertad o tiranía que existe bajo cualquier gobierno es en gran medida un reflejo de la relativadeterminación de los súbditos de ser libres , y de la voluntad ycapacidad de éstos de ofrecer resistencia a los esfuerzos que elgobierno haga por esclavizarlos.
Contradiciendo la opinión popular, aún las dictaduras totalitarias dependen de la población y las sociedades que gobiernan.
Como apuntó el politólogo Karl W. Deutsch en 1953: El poder totalitario es fuerte sólo si no tiene que ejercersecon mucha frecuencia. Si el poder totalitario tiene queimponerse sobre toda la población y en todo momento,no es probable que se mantenga vigoroso por muchotiempo. Como los regímenes totalitarios requieren máspoder que cualquier otro tipo de gobierno pararelacionarse con sus gobernados, tienen una necesidadmayor de que los hábitos de sumisión estén más amplia y De la Dictadura a la Democracia 21 firmemente extendidos entre su pueblo. Más aún, tienen,en caso de necesidad, que poder contar con el apoyo activode porciones significativas de la población.8 John Austin, el teórico inglés del siglo XIX, describió la situación de una dictadura que se enfrentara a un pueblo descontento. Aus-tin argumentaba que si la mayoría de la población estaba decidida adestruir al gobierno, y se hallaba dispuesta a soportar la represiónque le impusiera por ello, entonces el poder del gobierno, incluyendoaquellos que lo apoyaban, no podría preservar al odiado régimen,inclusive si recibiera ayuda del extranjero. No se podría someter denuevo al pueblo desafiante a la obediencia y la sumisiónpermanentes, concluía Austin.9 Mucho antes, Nicolás Maquiavelo había explicado que el princípe ". que tiene a todo el pueblo por su enemigo, nunca puedeestar seguro, y mientras mayor sea su crueldad, mas débil se irávolviendo su régimen".10 La aplicación política de estos principios la demostraron en la práctica los heróicos noruegos que resistieron la ocupación nazi, y,como se mencionó en el Capítulo Uno, los valientes polacos,alemanes, checos, eslovacos y muchos más que resistieron la agresióncomunista y su dictadura, y que finalmente contribuyeron a producirel desmoronamiento del régimen comunista en Europa. Este, porsupuesto, no es un fenómeno nuevo. Los casos de resistencianoviolenta se remontan por lo menos hasta el año 494 a. de C., cuandolos plebeyos les negaron su cooperación a sus amos, los patriciosromanos.11 Los pueblos en Asia, Africa, las Américas, Australasia y 8Karl W. Deutsch, "Cracks in the Monolith" ("Grietas en el Monolito"), en la ediciónde Carl J. Friedrich de Totalitarianism (El Totalitarismo), (Cambridge, Mass: HarvardUniversity Press, 1954), pp. 313-314. 9John Austin, Lectures on Jurisprudence or the Philosophy of Positive Law (Conferenciassobre Jurisprudencia o Filosofía del Derecho Positivo), (5ta. edición, revisada yeditada por Robert Campbell, vol 2, Londres: John Murray, 1911 (1861 ) Vol 1 P 296.
10Niccolo Machiavelli "The Discourses of the First Ten Books of Livy" ("Comentariosa las Décadas de Tito Livio"), en The Discourses of Niccolo Machiavelli (Los Comentariosde Niccolo Machiavelli), (Londres: Routledge y Kegan Paul, 1950), Vol 1, p 254.
11Ver Gene Sharp, The Politics of Nonviolent Action (La Política de la Acción Noviolenta),(Boston: Porter Sargent, 1973), p 75 Y aquí y allá se encontrarán otros ejemploshistóricos.
las islas del Pacífico, así como en Europa han empleado la luchanoviolenta en distintos momentos.
Tres de los factores más importantes para determinar hasta qué grado estará o no controlado el poder del gobierno, son: 1) el deseorelativo por parte de la población de imponerle limites al poder delgobierno; 2) la fuerza relativa de las organizaciones e institucionesindependientes para quitarle colectivamente los recursos quenecesita el poder; y 3) la relativa capacidad por parte de la poblaciónde negarle su consentimiento y apoyo.
Centros de poder democrático
Una de las características de la sociedad democrática es que existeuna multitud de grupos e instituciones nogubernamentales. Ellasincluyen, por ejemplo, la familia, las organizaciones religiosas, lasasociaciones culturales, clubes deportivos, instituciones económicas,sindicatos, instituciones estudiantiles, partidos políticos, pueblitos,asociaciones de colonos, clubes de jardinería, organizaciones dederechos humanos, grupos musicales, sociedades literarias y otras.
Estos cuerpos son importantes porque establecen sus propiosobjetivos y también porque ayudan a satisfacer las necesidades dela sociedad.
Además, estos cuerpos tienen un gran significado político.
Suministran las bases grupales e institucionales para que la gentepueda ejercer su influencia en la sociedad y resistir la de otros gruposo del gobierno cuando éstos claramente se inmiscuyan injustamenteen sus intereses, actividades y propósitos. Los individuos aisladosque no son miembros de estos grupos, por lo general se hallanincapacitados para producir un impacto significativo en la sociedad,mucho menos en el gobiemo, y ciertamente no en una dictadura.
Por lo tanto, si la autonomía y libertad de tales cuerpos puede ser suprimida por los dictadores, la población quedará relativamenteindefensa. Además, si estas instituciones pueden ser controladasdictatorialmente por el poder central, o sustituidas por otras bajocontrol de aquél, podrán ser utilizadas para controlar tanto a losmiembros individuales de éstas como a las áreas correspondientesde la sociedad.
De la Dictadura a la Democracia 23 No obstante, si la autonomía y libertad de estas instituciones civiles independientes (fuera del control gubernamental) se puedenmantener o recuperar, éstas serán de suma importancia para laaplicación del desafío político. El rasgo común en los ejemploscitados, donde las dictaduras han sido desintegradas o debilitadas,ha sido la valiente aplicación masiva del desafío político por lapoblación y sus instituciones.
Como hemos afirmado, estos centros de poder sirven de bases institucionales desde las cuales la población puede ejercer presión oresistir los controles dictatoriales. En el futuro, serán una baseestructural indispensable para una sociedad libre. El crecimientocontinuado y la independencia de las mismas, por consiguiente, esa menudo el requisito previo para el triunfo de una lucha deliberación.
Si la dictadura ha tenido éxito en destruir o controlar los cuerpos independientes de la sociedad, será importante para los que ofrezcanresistencia, crear nuevos grupos sociales e institucionesindependientes, o tratar de recuperar el control de los cuerpossociales supervivientes o de los parcialmente controlados. Durantela revolución húngara de 1956-57, apareció una multitud de "concejosde democracia directa", que llegaron a juntarse inclusive paraestablecer durante varias semanas todo un sistema federal deinstituciones y gobierno. En Polonia, durante las postrimerías de1980, los trabajadores mantuvieron sindicatos ilegales de Solidaridady, en algunos casos, tomaron el control de los sindicatos oficialesdominados por los comunistas. Algunos de estos procesosinstitucionales pueden tener consecuencias políticas muyimportantes.
Por supuesto, nada de esto significa que sea fácil debilitar o destruir una dictadura, ni que cualquier intento de hacerlo tendráéxito. Desde luego no quiere decir que la lucha estará libre devíctimas, porque los que todavía estén sirviendo a la dictadura vana contraatacar en un esfuerzo por obligar a la población a regresar ala cooperación y la obediencia.
Sin embago, esta nueva percepción del poder significa, que la desintegración deliberada de una dictadura sí es posible. Las dictaduras, en particular, tienen características específicas que las hacenvulnerables al desafío político diestramente implementado.
Examinemos con más detalle estas características.
LAS DICTADURAS TIENEN PUNTOS DÉBILES
Por lo general las dictaduras parecen invulnerables. Las agenciasde inteligencia, la policía, las fuerzas militares, las prisiones, los cam-pos de concentración y los pelotones de fusilamiento, estáncontrolados por unos pocos con mucho poder. Las finanzas de unpaís, sus recursos naturales y su capacidad de producción a menudoson saqueados por los dictadores y usados para apoyar la voluntadde los dictadores.
En comparación, los fuerzas democráticas con frecuencia aparecen como extremadamente débiles, ineficaces e impotentes. Lapercepción de la invulnerabilidad frente a la impotencia hace pocoprobable una oposición efectiva.
Identificando el talón de Aquiles
Un mito de la Grecia clásica ilustra bien la vulnerabilidad de losupuestamente invulnerable. A Aquiles, el guerrero, ningún golpepodía dañarlo, y ninguna espada penetrar su piel. Cuando era unrecién nacido, se supone que su madre lo había sumergido en lasaguas del mágico río Estigio, y por eso su cuerpo estaba protegidocontra todos los peligros. Había, sin embargo, un problema. Comoel niño había sido sostenido por el talón para que no fuese arrastradopor la corriente, el agua mágica no había cubierto esa pequeñaporción de su cuerpo. Cuando Aquiles se hizo un hombre, les parecíaa todos que era invulnerable frente a las armas enemigas. Pero en labatalla de Troya un soldado enemigo, instruido por alguien queconocía la debilidad de aquél, logró clavarle una flecha en el talóndesprotegido, en el único lugar donde podía ser herido. La heridafue fatal. Todavía hoy la frase "el talón de Aquiles" se refiere a laparte vulnerable de una persona, un plan o una institución donde sise le ataca, no está protegida.
El mismo principio se aplica a los dictadores más desalmados.
Ellos también pueden ser vencidos, pero más rápidamente y con uncosto menor si sus debilidades pueden identificarse y se concentraen ellas el ataque.
Puntos débiles de las dictaduras
Entre los puntos débiles de las dictaduras están los siguientes: 1. Se les puede restringir o negar la cooperación de muchas personas, grupos e instituciones que necesitan para hacerfuncionar el sistema.
2. Los requisitos y efectos de las políticas anteriores del régimen, de cierta manera limitan su capacidad presentepara adoptar y ejecutar políticas contrarias.
3. El sistema puede convertirse en rutinario en cuanto a su modo de obrar y ser menos apto para ajustarse rápidamentea situaciones nuevas.
4. El personal y los recursos ya destinados para las tareas habituales no estarán fácilmente disponibles para nuevasnecesidades.
5. Los subordinados, temerosos de no complacer a sus superiores, pueden no proporcionar todos los detalles de lainformación que los dictadores necesitan para tomardecisiones.
6. La ideología puede erosionarse; los mitos y símbolos del 7. Si hay una fuerte ideología que influye en la visión de la realidad, una adhesión firme a la misma puede ser causa dedesatención de las condiciones y necesidades reales.
De la Dictadura a la Democracia 27 8. El deterioro de la competitividad y eficiencia de la burocracia, o los excesivos controles y regulaciones, pueden volverineficaces las políticas y operaciones del sistema.
9. Los conflictos institucionales internos y las rivalidades y hostilidades personales pueden dañar, o aún interrumpir,las operaciones de la dictadura.
10. Los intelectuales y los estudiantes pueden impacientarse por las condiciones o restricciones o el enfoque doctrinario yla represión.
11. El público en general puede, con el tiempo, volverse apático 12. Las diferencias regionales, de clase o nacionales pueden 13. La jerarquía del poder de una dictadura es siempre, hasta cierto punto, inestable y a veces lo es extremadamente; losindividuos no permanecen inmutables en sus posiciones yrangos, sino que pueden elevarse o caer a otros niveles, o serseparados por completo y sustituidos por un personal nuevo.
14. Sectores de la policía o de las fuerzas militares pueden actuar para lograr sus propios objetivos, aún cuando esto sea con-tra la voluntad de los dictadores en el poder, y llegar hasta elgolpe de estado.
15. Si la dictadura es nueva, necesita tiempo para afianzarse 16. Como en una dictadura muy pocos toman muchas decisiones, es probable que ocurran errores de juicio, depolítica o de acción.
17. Si el gobierno está buscando evitar estos peligros, y descentraliza los controles y la toma de decisiones, su con-trol de los puntos clave para el poder puede deteriorarse aúnmás.
Atacando las debilidades de la dictadura
Conociendo semejantes debilidades intrínsecas, la oposicióndemocrática puede buscar cómo agravar esos "talones de Aquiles"deliberadamente, a fin de alterar el sistema drásticamente o biendesintegrarlo.
La conclusión es obvia. A pesar de la apariencia de fuerza, todas las dictaduras tienen sus debilidades, sus ineficiencias internas,sus rivalidades personales, sus funcionamientos institucionalesdefectuosos y sus conflictos entre organizaciones y departamentos.
Estas debilidades, con el tiempo, tienden a hacer al régimen menosefectivo y más vulnerable a los cambios de condiciones y a laresistencia deliberada. No todo lo que el régimen se proponga lo vaa lograr, al menos completamente. A veces, por ejemplo, aún lasórdenes directas de Hitler quedaron sin ejecutarse porque los queestaban por debajo de él en la jerarquía se abstenían de llevarlas acabo. El régimen dictatorial puede a veces desbaratarse rápidamente,como ya hemos observado.
Esto no quiere decir que las dictaduras se pueden destruir sin riesgos ni víctimas. Cualquier curso de acción posible para lograr laliberación incurrirá en riesgos y sufrimiento potencial, y tomarátiempo para poder ponerse en marcha. Y, por supuesto, ningúnmedio de acción puede asegurar el triunfo rápido en cada situación.
Sin embargo, los tipos de lucha que tienen como objetivo lasdebilidades identificables de la dictadura, tienen más posibilidadde éxito que aquéllos en que se busca combatir la dictadura allí dondea todas luces ésta es más fuerte. La pregunta es: ¿cómo ha deconducirse esta lucha? EJERCIENDO EL PODER
En el Capítulo Uno advertimos que la resistencia armada contra lasdictaduras no las afecta donde son más débiles sino más bien dondeson más fuertes. Al escoger competir en el campo de las fuerzasmilitares, el suministro de armamentos, la tecnología armamentistay demás, los movimientos de resistencia tienden a situarse dondeestán en clara desventaja. Las dictaduras casi siempre podrándesplazar recursos superiores en esas áreas. Hemos subrayadotambién el peligro de confiar en los poderes extranjeros para lasalvación. En el Capítulo Dos examinamos los problemas queconlleva confiar en las negociaciones como un modo de quitarse lasdictaduras de encima.
¿Cuáles son los medios disponibles que ofrecerán a la resistencia democrática una clara ventaja y que lograrán agravar las debilidadesidentificadas de las dictaduras? ¿Qué técnica de acción va aaprovechar la teoría del poder político que discutimos en el CapítuloTres? La alternativa a escoger es el desafío político.
El desafío político tiene las siguientes características: • No acepta que los resultados sean decididos por los medios de lucha escogidos por la dictadura.
• Es difícil para el régimen combatirlo.
• Puede agravar extraordinariamente las debilidades de la dictadura y negarle acceso a sus fuentes de poder.
• Puede dispersarse ampliamente en cuanto a la acción, pero también puede concentrarse en un objetivo específico.
• Conduce a errores de juicio y de acción por parte de los • Puede utilizar a la población como un todo, y a los grupos e instituciones de la sociedad en la lucha y acabar con eldominio brutal de unos pocos.
• Sirve para acrecentar la distribución del poder efectivo en la sociedad, haciendo que el establecimiento y mantenimientode una sociedad democrática sea más viable.
La dinámica de la lucha noviolenta
Como sucede con la capacidad militar, el desafío político se puedeemplear con una variedad de propósitos, que van desde esforzarsepor influir en los opositores para que hagan cosas diferentes, crearcondiciones para la solución pacífica de un conflicto, hastadesintegrar el régimen de los adversarios. Pero la dinámica deldesafío político es muy diferente a la de la violencia. Aunque ambastécnicas son herramientas para luchar, lo hacen por medios muydistintos, y con distintas consecuencias. Los modos y resultados deun conflicto violento son bien conocidos. Las armas físicas se usanpara intimidar, herir, matar y destruir.
La lucha noviolenta es una técnica mucho más variada y compleja que la violencia. A diferencia de ésta, es una lucha queemplea armas políticas, económicas, sociales y sicológicas, aplicadaspor la población y las instituciones de la sociedad. A estas armas seles ha conocido bajo diversos nombres, como protestas, huelgas,desobediencia o nocooperación, boicot, descontento y poder popu-lar. Como advertimos antes, todos los gobiernos pueden gobernarmientras, por medio de la cooperación, sumisión y obediencia de lapoblación y de las instituciones de la sociedad, reciban el constanterefuerzo de las fuentes de poder que necesitan. El desafío político, adiferencia de la violencia, es el instrumento idóneo para negarleacceso al régimen a esas fuentes de poder.
Las armas y la disciplina noviolentas
El error común de las campañas improvisadas de desafío político,es la dependencia o confianza en uno o dos procedimientos, tales De la Dictadura a la Democracia 31 como las huelgas y las manifestaciones. De hecho, existe unamultitud de procedimientos que les permiten a los estrategas de laresistencia tanto concentrar como dispersar la resistencia, según hagafalta.
Se han podido identificar hasta cerca de doscientos métodos de acción noviolenta y, por supuesto, hay muchos más. Estosprocedimientos se clasifican en tres grandes categorías: protesta ypersuasión, nocooperación e intervención. Los métodos noviolentosde protesta y persuasión son mayormente manifestacionessimbólicas, que incluyen desfiles, marchas y vigilias (54 métodos).
La nocooperación se divide en tres sub-categorías: a) denocooperación social (16 métodos), b) de nocooperación económica:el boicot inclusive (26 métodos) y huelgas (23 métodos), y c) denocooperación política (38 métodos). La intervención noviolenta,mediante procedimientos sicológicos, sociales, económicos opolíticos tales como el ayuno, la ocupación noviolenta y el gobiernoparalelo (41 métodos), es el último grupo. Una lista de 198 de estosmétodos se incluye en el apéndice de esta publicación.
Es probable que a cualquier régimen ilegítimo le cause graves problemas el uso de un número considerable de estos métodos—cuidadosamente escogidos, aplicados persistentemente y en granescala, fundidos en el contexto de una sabia estrategia y de tácticasapropiadas, por civiles adiestrados. Esto es aplicable a todas lasdictaduras.
Los procedimientos de la lucha noviolenta pueden enfocar directamente los asuntos más inmediatos, lo cual no es posible conlos medios militares. Por ejemplo, ya que el problema que presentauna dictadura es esencialmente político, sería muy importante aplicarlas formas políticas de la lucha noviolenta. Esto incluiría la negaciónde la legitimidad a los dictadores y la nocooperación con su régimen.
La nocooperación sería también aplicada contra algunas políticasespecíficas. A veces el obstaculizar el trabajo o el demorarlo puederealizarse en silencio, o aún secretamente, mientras que otras veces,la franca desobediencia o las desafiantes manifestaciones públicas ylas huelgas, pueden ser vistas por todos.
Por otra parte, si la dictadura es vulnerable a las presiones económicas, o si muchos de los agravios del pueblo son económicos,entonces la acción económica, como el boicot o las huelgas, puedeser el procedimiento apropiado para la resistencia. Los esfuerzosdel dictador por explotar el sistema económico puedencontrarrestarse mediante huelgas generales limitadas, demoras enel ritmo del trabajo o por la negación de ayuda (o desaparición) departe de los expertos. El uso selectivo de diversos tipos de huelgaspuede enfocar puntos clave en el proceso manufacturero, en eltransporte, en el suministro de materias primas y en la distribuciónde productos.
Algunas tácticas de la lucha noviolenta requieren que la gente realice actos que no están relacionados con su vida normal, talescomo volantear, manejar una imprenta clandestina, ponerse enhuelga de hambre o sentarse a media calle. Salvo en situacionesmuy extremas, para algunas personas estas acciones pueden serdifíciles de llevar a cabo.
Por el contrario, otros métodos de lucha noviolenta, requieren que la gente continúe llevando su vida normal aunque con algunasdiferencias. Por ejemplo, pueden ir a trabajar en vez de ponerse enhuelga, pero una vez allí, deliberadamente trabajar más lentamenteo con menos eficacia que siempre. Conscientemente se puedencometer "errores" con más frecuencia. A veces, uno puede estar"enfermo" o "impedido" de trabajar, o simplemente se puede negara trabajar. Uno puede asistir a una ceremonia religiosa cuando talacto no sólo expresa las convicciones religiosas sino las políticas. Sepuede proteger a los niños de la propaganda de los atacantesmediante la instrucción en casa o en clases ilegales. Uno puedenegarse a pertenecer a cierta organización "recomendada", oimpuesta a la cual uno antes no hubiera escogido pertenecerlibremente. La semejanza de tal tipo de acción con las actividadesacostumbradas de las gentes, y el grado limitado de desviación dela vida normal, pueden hacer que la participación en la lucha deliberación nacional sea mucho más fácil para mucha gente.
Como la lógica de la lucha noviolenta difiere en muchos aspectos de la acción violenta, hasta una violencia limitada seríacontraproducente durante una campaña de desafío político, porque De la Dictadura a la Democracia 33 desviaría la lucha hacia un campo donde los dictadores tienen unaventaja abrumadora (la contienda armada). La disciplina noviolentaes clave para el éxito, y debe persistirse en ella a pesar de lasprovocaciones y brutalidades de los dictadores y sus agentes.
El mantener la disciplina noviolenta contra los adversarios violentos facilita el trabajo de los cuatro mecanismos de cambio dela lucha noviolenta (de lo que trataremos más adelante). La disciplinanoviolenta es también extremadamente importante en el proceso deljiu-jitsu político. En éste, la pura brutalidad del régimen contra losactivistas claramente noviolentos rebota políticamente contra laposición del dictador, causando disensión en sus propias filas, yfomentando el apoyo a los de la resistencia de parte de la poblaciónen general, de los que generalmente defienden al régimen y deterceras personas.
Sin embargo, en algunos casos una violencia limitada contra la dictadura puede ser inevitable. La frustración y el odio contra elrégimen pueden explotar violentamente. O bien, ciertos grupospueden no estar deseosos de abandonar el uso de medios violentosaún cuando reconozcan el importante papel de la lucha noviolenta.
En estos casos no es necesario abandonar el desafío político. Sinembargo, será necesario separar la acción violenta lo más posible dela acción noviolenta. Esto ha de hacerse en términos geográficos, desectores de la población, de tiempo y de problemas. De otro modo,la violencia puede tener efectos desastrosos sobre el uso del desafíopolítico, el cual potencialmente, es mucho más poderoso y eficaz.
La historia indica que aún cuando se espera que haya víctimas, tanto muertos como heridos, en el desafio político las habrá ennúmero mucho menor que las que se producirían en la contiendaarmada. Es más, este tipo de lucha no contribuye al ciclo intermi-nable de matazón y brutalidad.
La lucha noviolenta requiere una pérdida del miedo y un mayor control sobre sí mismo, por una parte, y tiende a producir este efectofrente al gobierno y su represión brutal. Esa pérdida del miedo, o elcontrol sobre sí mismo, es un elemento clave para destruir el poderque los dictadores tienen sobre la población en general.
Franqueza, clandestinidad y comportamiento intachable
La clandestinidad, el engaño y la conspiración subterránea leplantean problemas muy graves a un movimiento que emplee laacción noviolenta. A menudo, es prácticamente imposible impedirque los agentes de la policía o de la inteligencia se enteren de lasintenciones y los planes. Desde la perspectiva del movimiento, elclandestinaje no sólo tiene sus raíces en el miedo sino que contribuyea aumentarlo. Esto reblandece el espíritu de la resistencia y reduceel número de personas que podrían participar en una acciónespecífica. También puede contribuir a que dentro del movimiento,haya sospechas y acusaciones, a menudo injustificadas, acerca dequien podría ser un informante o un agente de los contrarios. Elsecreto también puede afectar la habilidad de un movimiento parapersistir en la práctica de la noviolencia. Al contrario, la franquezaen cuanto a planes e intenciones contribuirá a dar la imagen de queel movimiento de resistencia es en extremo poderoso. El problema,por supuesto, es más complejo de lo que esto sugiere, y hay aspectossignificativos de las actividades de la resistencia que van a requerirel secreto. Los entendidos tanto en la dinámica de la lucha noviolentacomo en los medios de vigilancia de la dictadura en la situaciónespecífica necesitarán una evaluación bien documentada.
La edición, impresión y distribución de publicaciones clandestinas, las trasmisiones ilegales por radio desde dentro delpaís y la inteligencia recogida sobre las operaciones de la dictadura,están entre las clases limitadas de actividades especiales querequieren un alto grado de sigilo.
En todas las etapas del conflicto es necesario mantener un comportamiento intachable en la acción noviolenta. Factores comoel no tener miedo y el mantener la disciplina noviolenta deben estarsiempre presentes. Es importante tener en cuenta que va a necesitarseun gran número de gente para efectuar grandes cambios. Esacantidad de participantes confiables sólo se puede obtenermanteniendo el más alto nivel de comportamiento.
De la Dictadura a la Democracia 35 Cambios en las relaciones de poder
Los estrategas necesitan recordar que el conflicto donde se aplica eldesafío político es un campo de lucha siempre cambiante, con uncontinuo juego de ataques y contraataques. Nada es estático. Lasrelaciones de poder, tanto absolutas como relativas, están sujetas acambios rápidos y constantes. Esto es posible porque los que trabajanen la resistencia continúan tenazmente en su actividad noviolenta apesar de la represión.
En este tipo de situación de conflicto, las respectivas variaciones de poder en los bandos contendientes, tienden a ser más extremasque en los conflictos violentos, y tienen una gama más variada deconsecuencias significativas en lo político. Debido a esas variaciones,las acciones específicas de los de la resistencia, por lo general, tienenconsecuencias que van más allá del lugar o el momento en queocurren. Estos efectos tendrán repercusiones que fortalecerán odebilitarán a un grupo u otro.
Además, el grupo noviolento puede, por sus acciones, influir sobre el aumento o disminución de la fuerza relativa del grupocontrario, en un grado mucho mayor del que ocurre en los conflictosmilitares. Por ejemplo, la resistencia noviolenta, disciplinada yvaliente, frente a la brutalidad de los dictadores puede producirdesazón, descontento o desconfianza, y, en situaciones extremas,hasta el amotinamiento entre los propios soldados y el personal alservicio de la dictadura. Esta resistencia también puede dar lugar aque aumente la condena internacional de la dictadura. Además, elempleo del desafío político disciplinado, persistente y bienadiestrado, puede hacer que más y más gente, que normalmenteapoyaría tácitamente a los dictadores o que por lo generalpermanecerían neutrales en el conflicto, participe en la resistencia.
Cuatro mecanismos de cambio
La lucha noviolenta produce cambios de cuatro maneras. El primermecanismo es el que se consideraría menos probable, aunque así haocurrido. Cuando los miembros del grupo contrario se conmueven emocionalmente por los sufrimientos que la represión ha infligidoen los valientes activistas de la resistencia, o racionalmente sepersuaden de que la causa de los de la resistencia es justa, llegan aaceptar los objetivos de los de la resistencia. A este mecanismo se lellama conversión. Aunque se dan casos de conversión en la luchanoviolenta, son raros, y en la mayor parte de los conflictos esto noocurre de manera alguna, o por lo menos en escala significativa.
Con mucha más frecuencia la lucha noviolenta obra cambiando la situación del conflicto y de la sociedad, de modo que el adversariosimplemente no puede hacer lo que le viene en gana. Es este cambioel que produce los otros tres mecanismos: la acomodación, la coerciónnoviolenta y la desintegración. Cuál de éstos ocurra dependerá delgrado en que las relaciones de poder, absolutas o relativas, hayancambiado a favor de los demócratas.
Si las cuestiones a debatir no son fundamentales, las exigencias de la oposición en una campaña limitada no se consideranamenazantes, y la confrontación de fuerzas ha alterado las relacionesde poder en alguna medida, el conflicto inmediato puede terminarpor medio de un arreglo al que se llegue cediendo cada parte algo,contemporizando. A este mecanismo se le llama acomodación. Porejemplo, muchas huelgas se resuelven de esta manera, ambas partesconsiguen algunos de sus objetivos, pero ninguna obtiene todo loque quería. El gobierno puede percibir que un arreglo semejantetrae algunos beneficios positivos, tales como disminuir la tensión,dar una impresión de "equidad", mejorar la imagen internacionaldel régimen. Es importante, por lo tanto, que se tenga gran cuidadoal seleccionar los puntos por los cuales el arreglo por acomodaciónresulte aceptable. La lucha por derribar la dictadura no es uno deésos.
La lucha noviolenta puede ser mucho más poderosa de lo que indican los mecanismos de conversión o acomodación. Lanocooperación masiva y el desafío pueden cambiar la situaciónpolítica o social, especialmente las relaciones de poder, de tal maneraque los dictadores pierden la capacidad de controlar los procesoseconómicos, sociales y políticos del gobierno y la sociedad. Lasfuerzas militares del adversario pueden volverse tan poco confiables De la Dictadura a la Democracia 37 que ya simplemente no obedezcan las órdenes de reprimir a los dela resistencia. Aunque los dirigentes del gobierno permanezcan ensus posiciones y sigan firmes en cuanto a sus objetivos originales,han perdido la capacidad de actuar con efectividad. A esto se lellama coerción noviolenta.
En algunas situaciones extremas, las condiciones que ha producido la coerción noviolenta van aún mas lejos. La dirigenciaadversaria, de hecho, pierde toda su capacidad de actuar, y se vieneabajo toda su estructura de poder. La autoconducción, lanocooperación y el desafío de los de la resistencia se hacen tan per-fectos que sus adversarios ahora carecen hasta del simulacro de con-trol sobre ellos. La burocracia del adversario se niega a obedecer asu propia dirigencia. Las tropas de los adversarios y su policía seamotinan. Los simpatizantes y colaboradores del poder adversorepudian a sus antiguos dirigentes y les niegan derecho alguno amandar. A partir de esto, la antigua obediencia y colaboracióndesaparecen. El cuarto mecanismo de cambio, la desintegración delsistema del adversario, es tan completo que éste no tiene siquierapoder suficiente para rendirse. El régimen se ha desintegrado.
Al planificar las estrategias para la liberación, estos cuatro mecanismos deben tenerse en cuenta. Algunas veces operan porcasualidad. Sin embargo, la selección de uno o más de éstos como elmecanismo de cambio escogido para que obre en el conflicto, haráposible que se formulen estrategias específicas que se refuercenmutuamente. La selección de uno o más mecanismos dependerá denumerosos factores, inclusive del poder absoluto y relativo de losgrupos contendientes y de las actitudes y objetivos del gruponoviolento.
Efectos democratizadores del desafío político
En contraste con los efectos centralizantes de las sanciones violentas,el empleo de las técnicas de la lucha noviolenta contribuye ademocratizar la sociedad de varias maneras.
Una parte del efecto democratizador es negativo. Esto es, en contraste con los medios armados, esta técnica no suministra un instrumento para la represión bajo el mando de una élite gobernante,que pueda volverse contra la población para establecer y manteneruna dictadura. Los líderes de un movimiento de desafío políticopueden influir en o presionar a sus seguidores, pero no pueden niencarcelarlos ni ajusticiarlos si disienten o escogen otros líderes.
La otra parte del efecto democratizador es positiva. Esto quiere decir que la lucha noviolenta le da a la población armas para laresistencia, que podrán usar para defender sus libertades tanto con-tra los dictadores que existen como contra los que puedan existir. Acontinuación, mencionamos varios de los efectos democratizadorespositivos que tiene la lucha noviolenta: • La experiencia de aplicar la lucha noviolenta puede hacer que la población confíe más en sí misma, en cuanto a desafiarlas amenazas del régimen y la capacidad de éste para larepresión violenta.
• La lucha noviolenta entrega las armas de la nocooperación y el desafío, mediante las cuales la población puede resistirsea los controles no democráticos que imponga sobre ellacualquier grupo dictatorial.
• La lucha noviolenta se puede usar para defender la práctica de las libertades democráticas, tales como la de expresión, laprensa libre, las organizaciones independientes y el derechoa reunirse enfrentándose a controles represivos.
• La lucha noviolenta contribuye en forma importante a la supervivencia, renacimiento y fortalecimiento de los grupose instituciones independientes de la sociedad comomencionamos antes. Estas son importantes para lademocracia por el valor que tienen para movilizar lacapacidad de poder de la población y de imponerle límitesal poder efectivo de cualquier dictador en potencia.
De la Dictadura a la Democracia 39 • La lucha noviolenta suministra armas mediante las cuales la población logra concentrar su poder contra la acciónrepresiva, policiaca o militar, ejercida por un gobierno dicta-torial.
• La lucha noviolenta ofrece métodos mediante los cuales la población y las instituciones independientes pueden, eninterés de la democracia, restringirle o negarle los recursosde poder a la minoría gobernante y por lo tanto, amenazarsu capacidad de seguir ejerciendo la dominación.
La complejidad de la lucha noviolenta
Como hemos visto en esta exposición, la lucha noviolenta es unacompleja técnica de acción social, que comprende una multitud demétodos, una serie de mecanismos de cambio y unos requisitosconductuales específicos. Para que resulte efectivo, especialmentecontra una dictadura, el desafío político requiere preparación yplaneación. Los probables participantes tendrán necesidad decomprender qué se espera de ellos. Hace falta que haya recursosdisponibles. Los estrategas tendrán que haber analizado cómo sepuede aplicar la lucha noviolenta con más efectividad. Ahoradirigiremos nuestra atención hacia ese elemento crucial: la necesidadde una planificación estratégica.
NECESIDAD DE LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
Las campañas de desafío político contra las dictaduras puedenempezar de varias maneras. En el pasado, estas luchas casi nuncase planeaban y eran de hecho accidentales. Algunos de los agraviosespecíficos que desencadenaron las acciones anteriores han variadonotablemente, pero a menudo incluyeron nuevas brutalidades, elarresto o la muerte de una persona tenida en alta estima, una nuevapolítica o regulación represiva, escasez de alimentos, falta de respetoa las creencias religiosas o el aniversario de un importanteacontecimiento relacionado con el hecho. A veces una acciónespecífica de parte de la dictadura ha enfurecido a la población detal manera que ésta se ha precipitado a la acción, sin tener la menoridea de cómo podía acabar la insurgencia. Otras veces, un individuovaliente o un pequeño grupo, puede haber iniciado una acción queatrajo apoyo. Un malestar específico puede ser reconocido por otroscomo semejante a las injusticias que ellos han experimentado, y éstostambién podrán, en consecuencia, sumarse a la lucha. A veces unllamado a la resistencia por parte de un pequeño grupo o de unapersona puede encontrar inesperadamente una inmensa acogida.
Aunque la espontaneidad tiene algunas cualidades valiosas, a menudo ha ofrecido desventajas. Con frecuencia los de la resistenciademocrática no han previsto las brutalidades de la dictadura. Enconsecuencia, han tenido que sufrir gravemente, y la resistencia seha desplomado. A veces, la falta de planificación por parte de losdemócratas ha dejado las decisiones cruciales al azar, con resultadosdesastrosos. Aún cuando el sistema represivo haya sido derribado,la falta de planificación en cuanto a cómo manejar la transición a unsistema democrático ha facilitado el surgimiento de una nuevadictadura.
Planificación realista
En el futuro, la acción popular no planificada indudablemente va ajugar un papel importante en los movimientos contra las dictaduras.
Sin embargo, ahora ya es posible calcular los modos más efectivosde dar al traste con una dictadura, determinar cuando la situaciónpolítica y el sentir popular están maduros, y cómo decidir la manerade comenzar una campaña. Se requiere un juicio muy cauto, basadoen un cálculo realista de la situación y de las capacidades del pueblo,para seleccionar la manera más efectiva de conquistar la libertad entales circunstancias.
Si uno desea lograr algo, es de sabios planear cómo hacerlo.
Mientras más importante sea la meta, o mayor la gravedad de lasconsecuencias en caso de fracaso, más importante resulta laplaneación. La planificación estratégica aumenta la probabilidadde que todos los recursos que puedan conseguirse se movilicen yempleen de la manera más efectiva. Esto es especialmente ciertocuando se trata de un movimiento democrático—que dispone derecursos materiales limitados y cuyos colaboradores están enpeligro— que esté tratando de derribar una potente dictadura. Porel contrario, la dictadura por lo general tiene acceso a muchosrecursos materiales, fuerza organizativa y capacidad de cometerbarbaridades.
"Planificar una estrategia" aquí quiere decir calcular un curso de acción que hará factible pasar de una situación presente a unfuturo deseado. En los términos de esta discusión, significa pasarde la dictadura a un sistema democrático en el futuro. Un plan paraalcanzar esos objetivos por lo general consiste en una serie, endistintas etapas, de campañas y otras actividades, organizadas ydiseñadas para fortalecer a la población y la sociedad oprimidas ypara debilitar la dictadura. Adviértase aquí que el objetivo no essimplemente destruir la dictadura en curso, sino establecer unsistema democrático. Una gran estrategia que limite su objetivo sóloa destruir la dictadura en boga corre un terrible riesgo de producirotro tirano.
De la Dictadura a la Democracia 43 Obstáculos a la planificación
Algunos partidarios de la libertad, en diversas partes del mundo,no ponen toda su capacidad al servicio de cómo alcanzar laliberación. Sólo raramente esos abogados de la causa reconocenplenamente la importancia de una meticulosa planificaciónestratégica antes de actuar. Por lo tanto, casi nunca lo hacen.
¿Por qué será que las personas que tiene la visión de traer la libertad política a su pueblo, tan raramente preparan un planestratégico global a fin de alcanzar esa meta? Desafortunadamente,con frecuencia la mayoría de los miembros de un grupo democráticode oposición no entienden la necesidad que hay de planear o noestán acostunbrados o capacitados a pensar estratégicamente. Estaes una tarea difícil. Constantemente acosados por la dictadura yagobiados por sus responsabilidades inmediatas, los líderes de laresistencia no tienen ni la seguridad ni el tiempo para desarrollarlas destrezas de cómo pensar en base a lo estratégico.
Por el contrario, el patrón común es simplemente reaccionar a las iniciativas de la dictadura. Así la oposición está siempre a ladefensiva, tratando de defender libertades limitadas o los bastionesde la libertad; en el mejor de los casos, demorando el avance de loscontroles dictatoriales, u ocasionándoles problemas a las nuevaspolíticas del régimen.
Algunos individuos o grupos, por supuesto, no ven que haya necesidad de una amplia planificación a largo plazo para unmovimiento de liberación. En cambio, piensan ingenuamente quesi ellos simplemente se abrazan a sus ideales con fuerza y tesón du-rante un tiempo suficiente, de alguna manera acabarán porrealizarlos. Otros asumen que porque simplemente viven y dan tes-timonio de sus principios e ideales frente a las dificultades, estánhaciendo cuanto pueden para implementarlos. El compromiso conlos objetivos humanitarios y la lealtad a los ideales son admirablespero inadecuados para acabar con una dictadura y conquistar lalibertad.
Otros opositores de la dictadura muy ingenuamente creen que si sólo llegan a emplear la violencia suficiente, la libertad llegará sola. Pero, como apuntamos antes, la violencia no garantiza el éxito.
En vez de a la liberación, ésta puede llevar a la derrota, a la tragediamasiva o a ambas. En la mayoría de los casos la dictadura está mejorequipada para la lucha violenta, y las realidades militares rara vezestán a favor de los demócratas.
También hay activistas que basan su acción en lo que ellos sienten que deben hacer. Estos modos de abordar la situación sonno sólo egocentristas sino que no ofrecen guía alguna para desarrollaruna gran estrategia de liberación.
La acción basada en la "idea genial" que alguien haya tenido también es limitada. Lo que se necesita en lugar de eso es la acciónbasada en un cálculo minucioso de los "siguientes pasos" que hayque dar para derrocar la dictadura. Sin un análisis estratégico, loslíderes de la resistencia a menudo no sabrán cuál deberá ser ese"siguiente paso", porque no han pensado seriamente en los pasossucesivos que hay que dar para alcanzar la victoria. La creatividady las ideas brillantes son muy importantes, pero tienen que serutilizadas para hacer avanzar la causa de las fuerzas democráticas.
Sagazmente alerta en cuanto a la multitud de acciones que podrían tomarse contra la dictadura, e incapaces de determinarcuándo empezar, algunas personas aconsejan "Hacerlo todo al mismotiempo". Esto podría ser útil, pero, por supuesto, es imposible,especialmente en momentos relativamente débiles. Es más, unenfoque semejante no suministra una guía acerca de dóndecomenzar, dónde concentrar el esfuerzo y cómo usar los recursos, lamayor parte de las veces limitados.
Otras personas o grupos pueden contemplar la necesidad de alguna planificación, pero sólo pueden pensarla a corto plazo y sobrebase táctica. Puede que no vean que una planificación a largo plazoes necesaria o posible. Puede que a veces sean incapaces de pensary analizar en términos estratégicos, y se permiten, repetidamente,ser distraídos por cuestiones de poca monta, a menudo respondiendomás a las acciones de sus adversarios en lugar de tomar la iniciativapara la resistencia democrática. Dedicándoles tanta energía aactividades de corto plazo, estos líderes con frecuencia dejan deexplorar cursos alternativos de acción, donde podrían encauzarse De la Dictadura a la Democracia 45 todos los esfuerzos para ir acercándose progresivamente a la meta.
También es quizá posible que algunos movimientos democráticos no planeen una gran estrategia para hacer caer ladictadura, sino que se concentren en problemas inmediatos poralguna muy buena razón. En su fuero interno no creen que puedenacabar con la dictadura por su propio esfuerzo. Por consiguiente, elplanear cómo hacerlo se considera una romántica pérdida de tiempoo un ejercicio inútil. Los que luchan por la libertad contra unadictadura brutal bien establecida tienen que enfrentarse a un podermilitar y policiaco tal que parece que los dictadores siempre podránsalirse con la suya. Carentes de verdadera esperanza, estas perso-nas, a pesar de todo, desafiarán la dictadura por razones deintegridad o tal vez de historia. Aunque no lo admitan nunca, ni loreconozcan jamás, sus acciones a sus propios ojos estarándesprovistas de esperanza. A partir de ahí, para ellos la planeaciónde una gran estrategia a largo plazo no vale la pena.
El resultado de esa incapacidad de planear estratégicamente suele ser drástico: se dispersan las fuerzas, las acciones soninefectivas, se dilapida la energía en asuntos sin importancia, y lossacrificios se hacen para nada. Si los demócratas no planificanestratégicamente, lo más probable es que no alcancen sus objetivos.
Una mezcla de acciones no planeadas ni integradas, no va a llevaradelante ningún esfuerzo de resistencia significativo. En lugar deello, lo más probable es que le permitan a la dictadura aumentar suscontroles y su poder.
Desafortunadamente, porque rara vez se desarrollan planes estratégicos amplios para la liberación, las dictaduras parecen sermás duraderas de lo que de hecho son. Sobreviven por años ydécadas más allá de lo que podría ser el caso.
Cuatro términos importantes para la planificación estratégica
A fin de ayudarnos a pensar estratégicamente, es importante percibircon claridad qué significan cuatro términos básicos.
La gran estrategia: es la concepción que sirve para coordinar y dirigir el uso de todos los recursos apropiados y disponibles (económicos, humanos, morales, políticos, organizacionales, etc.) deun grupo que busca alcanzar sus objetivos en un conflicto.
La gran estrategia, al enfocar la atención del grupo en los objetivos primarios y en los recursos en el conflicto, escoge entre lastécnicas de acción más apropiadas (tales como la acción militarconvencional o la lucha noviolenta) cuál ha de emplearse en lacontienda. Al planear la gran estrategia, los líderes de la resistenciadeben evaluar y planificar qué presiones e influencias han deaplicarse sobre los adversarios. Más adelante, la gran estrategiatendrá que ocuparse de las decisiones sobre las condiciones y elmomento apropiado en que las campañas de resistencia, iniciales ysubsecuentes, deban echarse a andar.
La gran estrategia sienta el organigrama básico para la selección de las estrategias menores con las que se ha de desarrollar la lucha.
La gran estrategia, además, determina a cuáles grupos específicosse les encomendarán tareas generales así como la distribución delos recursos que se han de emplear en la lucha.
La estrategia es la concepción de cómo alcanzar los objetivos en un conflicto de la mejor manera, operando en el ámbito de la granestrategia escogida. La estrategia tiene que ver con si se ha de pelearo no, y cuándo y cómo, asi como con el modo de lograr el máximode efectividad al luchar por ciertos fines. A la estrategia se la hacomparado con el concepto del artista, y a la planificación estratégicacon el proyecto o plano detallado de un arquitecto.12

Source: http://aire.cc/documentos/pdf/Como%20empezar%20una%20revoluci%C3%B3n%20Pacifica.pdf

Neurology medical group of diablo valley

Neurology Medical Group of Diablo Valley 400 Taylor Blvd. Ste 301 Pleasant Hill, CA 94523 Phone: 925-602-7060 Janet F. Hornstein Lin , MD Certifications American Board of Psychiatry and Neurology - Neurology (Diplomate) National Board of Medical Examiners (Diplomate) Licensure Academic Degrees MD - New Jersey College of Medicine & Dentistry, Newark, NJ BA - Lite

1laug.oa

Outcomes after Transplantation of Cord Blood or Bone Marrow from Unrelated Donors in Adults with LeukemiaMary J. Laughlin, M.D., Mary Eapen, M.B., B.S., Pablo Rubinstein, M.D., John E. Wagner, M.D., Mei-Jei Zhang, Ph.D., Richard E. Champlin, M.D., Cladd Stevens, M.D., Juliet N. Barker, M.D., Robert P. Gale, M.D., Ph.D., Hillard M. Lazarus, M.D., David I. Marks, M.D., Ph.D., Jon J. van Rood, M.

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