Bienestar de los terneros lactantes: aplicación del principio de las cinco libertades – Primera parte
Universidad Autónoma de Barcelona, España
Introducción
El término “bienestar animal” se ha definido de muchas maneras. En general, sin embargo, la mayoría de autores coinciden en los siguientes aspectos:
• Resulta indudable que el sufrimiento de los animales es un aspecto clave
de su bienestar. Por lo tanto, las situaciones que causan sufrimiento –tales como el dolor o el miedo, por ejemplo-, constituyen un problema de bienestar.
• Es muy probable que la incapacidad para adaptarse al entorno cause
sufrimiento y, por lo tanto, estudiar los parámetros que permiten cuantificar el grado de adaptación de los animales a su ambiente aporta información útil sobre su bienestar. Entre estos parámetros destacan la prevalencia de lesiones y de enfermedades multifactoriales, las consecuencias de la respuesta de estrés y la disminución de la producción.
• Hay conductas naturales que son importantes en sí mismas y que, por lo
tanto, el animal debería poder llevar a cabo incluso en una explotación intensiva.
Siguiendo un enfoque parecido, el Farm Animal Welfare Council (FAWC), un
órgano asesor del gobierno británico en asuntos relacionados con el bienestar de los animales de granja, propuso en 1992 que el bienestar de un animal queda garantizado cuando se cumplen cinco requisitos:
• Ausencia de incomodidad física y térmica
• Ausencia de dolor, enfermedades y lesiones
• Posibilidad de mostrar una conducta normal
• Ausencia de miedo y distrés (es decir, estrés intenso o duradero que
sobrepasa la capacidad de adaptación del animal)
Debido a la forma en que estos requisitos se redactaron inicialmente en inglés, la
propuesta del FAWC se conoce habitualmente como “principio de las cinco libertades”. Este principio constituye una aproximación práctica muy útil al estudio del bienestar animal y a su valoración en las explotaciones y durante el transporte y sacrificio de los animales de granja. Además, ha constituido la base de muchas de las leyes de protección de los animales en la Unión Europea y en otras partes del mundo. Es necesario tener en cuenta, no obstante, que el principio de las cinco libertades no establece las condiciones mínimas aceptables, sino las condiciones ideales que garantizarían un nivel óptimo de
bienestar. En la Tabla 1 se indican algunos de los principales problemas de bienestar en terneros lactantes de acuerdo con el principio de las cinco libertades. Tabla 1. Principales problemas de bienestar en terneros lactantes de acuerdo con el principio de las cinco libertades Problema de bienestar Principio comprometido
Dolor causado por enfermedades y por Ausencia de dolor, enfermedades y prácticas de manejo
Ausencia de incomodidad física y térmica
Posibilidad de mostrar una conducta normal
Suministro de una cantidad insuficiente de Ausencia de hambre y sed crónicas leche Transferencia inadecuada de inmunidad Ausencia de dolor, enfermedades y pasiva
El objetivo de este artículo es discutir los tres primeros problemas de la Tabla 1. En un capítulo posterior se discutirán los otros dos problemas. Dolor causado por enfermedades y por prácticas de manejo
El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular real o potencial. El dolor no sólo constituye un problema de bienestar sino que además puede tener efectos negativos sobre la producción. Esto es debido a que el dolor desencadena una respuesta de estrés que incluye cambios fisiológicos y de comportamiento potencialmente negativos. Así, el estrés causa una disminución del consumo de alimento y puede tener efectos inmunodepresores que aumentan el riesgo de que el animal sufra algunas enfermedades infecciosas.
Los terneros son perfectamente capaces de experimentar dolor desde que nacen.
El dolor puede ser consecuencia de enfermedades y lesiones, así como de algunas prácticas de manejo tales como el desmochado, es decir, es decir, la destrucción del tejido que dará lugar a los cuernos. Entre las patologías y lesiones que resultan más dolorosas para los terneros destacan las fracturas de patas, la artritis séptica resultante de una infección del cordón umbilical y la neumonía.
El desmochado está justificado desde el punto de vista de la seguridad del
personal y del bienestar de los animales, puesto que reduce tanto el riesgo de lesiones como el estrés causado por la competencia y por las peleas entre animales. No obstante, el desmochado sin anestesia y analgesia resulta muy doloroso para el animal, por lo que en la medida de lo posible debería hacerse siempre utilizando anestesia local y analgesia sistémica. Un protocolo adecuado para evitar el dolor causado por el desmochado consiste en administrar 5 ml de lidocaína por vía subcutánea unos 10 minutos antes de la intervención y meloxicam de 20 mg a una dosis de 0,25 ml/10 Kg. de peso. Si no es posible administrar anestesia local y analgesia, el desmochado por cauterización es preferible al desmochado químico.
Estrés por frío
De la misma forma que las vacas de leche son muy sensibles al estrés por calor, los terneros son sensibles al frío, especialmente durante las dos primeras semanas de vida. En efecto, debe considerarse la posibilidad de que los teneros de hasta 15 días de edad experimenten estrés por frío si la temperatura es inferior a los 15ºC. Lógicamente, la humedad y las corrientes de aire aumentan las pérdidas de calor y empeoran por lo tanto los efectos de las bajas temperaturas. Los terneros con diarrea, que tienen parte del cuerpo mojado, son más sensibles al frío que los terneros sanos.
Los terneros pierden calor sobre todo por las patas, que tienen una relación entre
su superficie y su volumen mayor que las otras partes del cuerpo. Por esta razón, la mejor manera de reducir el riesgo de estrés por frío es proporcionar a los terneros una cama de paja seca y de la profundidad suficiente para que puedan echarse de modo que sus patas queden totalmente cubiertas por la paja. Restricción de conducta
Algunos terneros adquieren el hábito de chupar partes del cuerpo de otros terneros, realizando los mismos movimientos que realizarían si estuvieran mamando de la ubre de la vaca. Esta conducta se denomina “conducta de mamar redirigida” y su aparición está muy relacionada con la forma de suministro de la leche (cubo o tetina). Cuando el ternero mama de la vaca, cada episodio de amamantamiento dura aproximadamente 6-12 minutos. Por el contrario, un ternero tarda sólo 1 minuto en beber la leche que se le suministra en un cubo. Según parece, el ternero está “programado” para mamar durante unos 10 minutos después de que haya comenzado a ingerir leche. Además, la presencia de leche en la boca del ternero pone en marcha un “programa de comportamiento automático” que “obliga” al ternero a mamar durante unos 10 minutos aproximadamente. Por lo tanto, si el ternero no tiene un pezón o una tetina a su disposición en ese momento, simplemente busca un estímulo alternativo.El riesgo de que un ternero chupe partes del cuerpo de otro ternero es especialmente alto durante los 10-15 minutos después de la toma de leche, por lo que es aconsejable que durante este período de tiempo los terneros permanezcan inmovilizados en el cornadizo.
La alimentación con tetina ofrece ventajas importantes –al menos desde el punto
de vista de bienestar- en comparación con la alimentación con cubo, puesto que al disponer de una tetina el ternero puede satisfacer su conducta natural de mamar. Además, la alimentación con tetina tiene varias ventajas adicionales. Así, cuando el ternero “mama”, aumenta la liberación de varias hormonas, entre ellas la insulina y la colecistoquinina. La insulina favorece la síntesis de proteína y grasa, mientras que la colecistoquinina participa en la digestión, especialmente de las grasas.
En condiciones naturales los terneros interactúan con otros animales de su misma
edad. En efecto, a diferencia de lo que ocurre en el caso de otras especies, los terneros no siguen constantemente a su madre cuando ésta se alimenta, sino que suelen descansar en grupo. En las explotaciones ganaderas, por otra parte, los terneros lactantes pueden alojarse individualmente o en grupo, y el alojamiento individual reduce el contacto social con otros animales. Esto podría explicar el hecho de que los terneros alojados individualmente muestran una mayor incidencia de estereotipias (es decir, conductas repetitivas, invariables y sin función aparente) que los terneros alojados en grupo. La estereotipia más común en los terneros consiste en realizar movimientos con la lengua (esta conducta se conoce en
inglés con el nombre de tongue playing o tongue rolling). Las estereotipias se consideran un indicador de falta de bienestar. Además, los terneros alojados individualmente muestran evidencias de una mayor actividad adrenal, que sería indicativa de un mayor grado de estrés crónico. Finalmente, los terneros alojados individualmente durante la lactación tienen problemas de adaptación cuando se alojan en grupo después del destete, especialmente si se alojan con animales que habían estado en grupo durante el período de lactancia.
Por otra parte, sin embargo, el alojamiento individual evita la conducta redirigida
que hemos explicado antes y, además, puede ser ventajoso desde el punto de vista sanitario, aunque este efecto depende de las condiciones de la explotación. Por lo tanto, es muy difícil concluir cuál es el mejor sistema de alojamiento de terneros lactantes (en grupo o individual), puesto que cada sistema tiene sus ventajas y sus inconvenientes, que dependen además en parte de cada explotación. No obstante, si se utiliza alojamiento individual, es importante que la anchura del box donde se aloja el ternero sea igual como mínimo a la altura del animal hasta la cruz. En efecto, los terneros –a diferencia de los animales que ya son rumiantes funcionales- descansan a menudo en decúbito lateral con las patas extendidas. Además, los terneros alojados individualmente deben poder mantener contacto táctil y visual con otros terneros, ya que los terneros que se han visto privados de dicho contacto muestran una respuesta de estrés muy pronunciada cuando posteriormente se juntan con otros individuos.
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